domingo, 5 de mayo de 2019

EL ÁRBOL EN LA CIUDAD


Se puede leer el paisaje y el buen observador lee también en los árboles, esto es  válido tanto en el campo como en las áreas urbanas. En origen, el arbolado urbano aparece de forma espontánea como una extensión del área rural; no obstante, el arbolado con su sombra, forma y color puede ser superfluo dentro del modelo urbano actual cuando el bienestar nos lo proporciona la tecnología; así, para nuestra sociedad en la que impera la perspectiva utilitaria de la naturaleza, el ser vivo -árbol- acaba no siendo más que otro elemento del mobiliario urbano. No podemos  dejar que esto ocurra, como ya lo he comentado en otra entrada,  los espacios verdes están ligados a la educación en valores ambientales y cívicos fundamentales; y cuando esto falla, es un proceso que se retroalimenta de la escasa sensibilidad que tenemos hacía estas áreas verdes y especialmente a estos seres vivos.

Parque Moret en Huelva

            El medio urbano es hostil para un ser vivo adaptado a la constancia y cambios estaciónales predecibles, el árbol en la ciudad está abocado a una vida corta. Aún así es posible gestionar  bien el arbolado urbano, pudiendo ser elementos constantes en un mundo urbano cambiante, alcanzando edades considerables, convirtiéndose así en una valiosa enseñanza social que se transmite entre generaciones dentro de un modelo de convivencia. Cuando esto ocurre, el árbol se convierte en un símbolo de respeto a la vida y al bien común o público; incluso puede llegar a ser un símbolo en la  historia de un pueblo, hasta convertirse en un Tótem como el árbol de Guernica.

Un ejemplar milenario de cerezo de Japón (Fuente: Nippon.com). Observen los apoyos de las ramas. 
           En las próximas líneas voy a mostrarles algunos detalles de la mala planificación y mantenimiento del arbolado. No voy a ir muy lejos a buscar ejemplos, estos errores son comunes, esta mala jardinería es extensible a cualquier localidad del sur.  Remarco que el estado del arbolado no forma parte sin más del paisaje urbano, como un efecto climático, es una consecuencia muy significativa de los valores de una sociedad,  pongan a prueba mi planteamiento cuando viajen.

            Separadamente, los errores que les presentó no tienen gran importancia, es la reiteración que transmite una desagradable sensación; justo lo contrario que lo que se pretende, que es dar bienestar al hábitat urbano.

            No pretendo ser exhaustivo, realizaré una especial crítica a los errores más difíciles de corregir que derivan de una mala planificación y elección de la especie. También  mostraré los debidos a deficiencias en el mantenimiento y especialmente los derivados de la poda.




            Es muy frecuente encontrar árboles mal podados, con un defecto común de podas forzadas y desatentas.
            Pensemos en ejemplares jóvenes que están formando su copa, lo que se hace es eliminar algunas de las ramas de la cruz que estorban a criterio del podador.  Frecuentemente esta corta se hace tarde, por lo que el corte va  a tener grandes dimensiones, junto a un mal ajuste al tronco va a producir defectos futuros como  formación de feos engrosamientos por crecimientos de brotes adventicios o que el callo de cicatrización no llegue a cerrar y se produzca una pudrición del tronco. Al menos esta poda genera una  peligro de rotura por la discontinuidad  mecánica que produce, un problema que después de divulgarse el CODIT del profesor Shigo  y recientes casos de accidentes por caídas de ramas no deja de mencionarse por expertos; sin embargo, la realidad es bien distinta pues parece que los que deberían de comprender este asunto -los jardineros- siguen practicando las podas con criterios erróneos.


            En las podas excesivas se encuentran gran cantidad de los males del arbolado. La ya comentada brotación de yemas durmientes, que aparecen muchos años tras el corte, tendrá una inserción más superficial y por tanto menos sólida que la inserción de una rama nacida al mismo tiempo que su rama portadora,  si ésta nueva rama se ancla sobre tejido en pudrición, se incrementa  notablemente el riesgo de rotura.

Rama insertada en un corte.

            En todo caso la poda excesiva produce un desequilibrio en el árbol con reacciones alarmantes que muchas veces se confunden con un exceso de vigor, cuando es una puesta en marcha de las reservas que puede debilitar al árbol y hacerlo susceptibles de todo tipo de daños. Lo más típico es la activación de brotes epicórmicos en tronco que, a pesar de no contar con la debilidad de la discontinuidad de la compartimentación (corte)  pueden generarse sin solape de fibras  y por tanto, con anclaje débil. Estos brotes - por  las reiteraciones podas posteriores para eliminarlos- pueden producir engrosamientos antiestéticos.
           
            Los cortes, que el árbol no puede cerrar en una temporada son frecuentemente atacados por hongos  que pueden pudrir en principio la madera muerta o tal vez atacar la parte viva del árbol formando cancros. Debilitando y tal vez produciendo la caída de ramas o el mismo árbol.




            Especial atención merece la regresión de la copa. Este es un síntoma completamente natural de la vejez que termina con el total decaimiento y muerte. Ahora bien, en situaciones de estrés se dan estos síntomas en árboles jóvenes, en los que hay que actuar si se identifica la causa, pues puede ser  reversible; además, así se evita el riesgo de rotura y accidentes asociados. Para evitar graves desastres los jardineros deben de saber identificar prontamente los síntomas y causas más importantes, pues en los árboles los más graves síntomas pueden diferir hasta varios años después de las causas, dado que el árbol sobrevive gracias a las reservas.

En cuanto a la cualificación necesaria para podar, distinguiría 3 niveles de menor a mayor formación técnica y dedicación:

1º Poda básica.  Todos los jardineros deberían de llegar a este nivel.  Se trata de  conocer  básicamente que ramas cortar para formar la estructura del árbol y realizar los cortes de la forma adecuada.  No voy a entrar en los detalles de cómo debe de hacerse (lo verán fácilmente en la red)  especialmente la forma correcta de cortar las ramas.  La intensidad y grosor de las ramas viene desgraciadamente determinado muchas veces por el escaso tiempo que se dedica al mantenimiento del arbolado y ello lleva  a hacer demasiado a  la vez: cortes grandes  y afectando a demasiado verde.

2º Poda  ajustada. La diferencia entre el nivel anterior y este no es tanto el conocimiento de las técnicas, sino el tiempo necesario. En realidad la poda anterior solo afecta a la estructura del árbol para árboles jóvenes, luego las podas son de mantenimiento. Estas podas deben ser continuadas en el tiempo (cada año)  básicamente es  una limpieza y selección de las ramas que estorban. Esta labor consigue mejorar el aspecto estético del árbol, pero igualmente su estado de salud.

3º Poda excelente. La excelencia no es algo que  deba perseguirse en la jardinería pública, resultaría excesivo. Sin embargo, la atención continuada sobre el arbolado a este respecto no supone unos costes muy elevados en  cuanto horas de trabajo si se compara con el tiempo que se dedica muchas veces a cortar y mantener setos y céspedes que no cumplen una función tan importante. No es tanto una cuestión de costes como de prioridades, en Versalles se cortan setos con una guía láser, en algunos jardines se recortan formas complicadas en los setos de boj. Todo esto es algo que excede a lo que venimos aquí a traer, que es simplemente tener árboles sanos y bonitos. Debe de tenerse en cuenta que un árbol joven puede desgraciarse por una mala poda, pero árboles viejos bien formados, bellos y venerables requieren de una atención especial  pues tienen sus achaques, y el jardinero debe de tratarlos con esmero, en eso que algunos llaman "cirugía arbórea".

         
Poda drástica en ficus junto a la entrada de urgencias del Hospital

   Quiero ahora dejar una reflexión sobre estos grandes árboles.  Hace unos pocos años se dieron algunos casos de accidentes por caída de árboles o ramas de gran tamaño, en particular ocurrió con algún gran ficus, por ser estos ejemplares algunos de los árboles de mayores dimensiones del medio urbano. Como si fuese algo novedoso, se extendió el miedo a la rotura, especialmente del Ficus macrophylla de tronco con grandes contrafuertes y raíces adventicias (columnares que salen de las ramas). En primer lugar los accidentes más graves se han debido a la pudrición del tronco, por lo que una inspección podría haber evitado el accidente. Por otro lado este ficus pertenece al grupo de las llamadas "higueras estranguladoras", árboles que crecen frecuentemente en su medio natural sobre otros y alcanzan el suelo gracias a la emisión de raíces aéreas, las mismas  que aseguran el apoyo de las grandes ramas horizontales; por tanto, o se permite la formación de estas o las gruesas ramas  horizontales pueden quedar faltas de apoyo. En definitiva, veo como se han realizado podas como medida preventivas de accidentes, precisamente por la falta de de previsión en el uso y mantenimiento de esta especie; pues un adecuado manejo evitaría -dentro de lo razonable- los riesgos. Las actuales medidas no son en absoluto adecuadas dentro de la jardinería urbana, al contrario,  estas podas preventivas serán seguro la semilla para problemas futuros, de pudrición y rotura, por lo demás, siento decir que estos árboles no volverán a ser los gigantes majestuosos que fueron.



Estos ficus del Paseo de Andalucía de Vélez-Málaga (son 4 en total) presentan desde hace años un decaimiento.

A la entrada podemos ver dos árboles que antes cubrían todo el espacio, ahora enfermos  con la copa clareada , especialmente el árbol de al izquierda.



Este árbol está muy enfermo, antes tenía un porte parecido al anterior. Pueden ver un enrome corte, imaginen si esa rama hubiese caído.

          Ahora, demos un paseo por el ajardinamiento urbano más cercano.
            Como ocurrió en su día en la Isla de la Cartuja en la Expo de Sevilla o hace poco en el Campus del Carmen de  la Universidad de Huelva resulta demasiado frecuente ver como la plantación de árboles en nuestra ciudad se ha realizado sin criterio, la distribución del arbolado con respecto al espacio y los elementos circundantes es desafortunada -por no decir otra cosa-. Igualmente la elección de la especie, como si se hubiese traído del vivero lo primero que se encontró.

Me acerco al Campus del Carmen y comenzamos analizando esta pequeña parcela. Es una muestra de todas las que hay por aquí.


            En una primera impresión vemos en esta parcela triangular más de una decena de jóvenes árboles en no muy bien estado que alcanzarían portes naturales muy diferentes. La primera crítica es que se han plantado demasiados árboles y su distribución es confusa, la siguiente es el escaso mantenimiento. En relación con este aspecto tan común, la presencia de césped que aparentemente lo llena todo, siendo precisos es un herbazal, que tiene poca utilidad en una parcelita como esta, pues no llega a ser una pradera.
            Esta es mi primera crítica, tantos herbazales por doquier en ajardinamientos públicos que tienen la contradicción de un mantenimiento continuado aunque solo sea por su corta;  tiempo de trabajos que, sin embargo, se resta al arbolado. La paradoja es que se mantiene un herbazal que tiene como única virtud evitar la aparición de hierba,  pues no veo otra, ya que  no puede disfrutarse como césped pues no lo es, ni como pradera pues no es un espacio para hacer deporte o tumbarse al sol. Algunos dirán que en el árido sur se agradece ver verde, pero ¿no sería mejor que fuesen los árboles los que cubrieran con su sombra este espacio? Además, hay otras alternativas más adecuadas en nuestro clima, menos exigentes en riegos y mantenimientos como macizos de arbustos o matas, ya sean la típicas aromáticas  mediterráneas (lavandas, romeros, santolina, mirtos, teucrium fruticans, Phlomis sp, etc.) y arbustos mediterráneos formados por poda como madroño, Atriplex halimus, lentisco o Lonicera implexa; similares de follaje bonito como juniperus rastreros o floración vistosa como gazania, Plumbago capensis, argyranthemum, Felicia amelloides,  pelargonium, geranium, Drosanthemum etc. Tambien formando rocallas  como las adenium, sedum, sempervivum,  chamaerops, aloe, yucca, Phormium tenax, Cordyline australis, Dasylirion serratifolium, Phoenix roebelenii, Portulacaria afra, Echeveria, Echium candicans,  Strelitzia reginae, cactaceas y un largo etcétera.

            Vayamos al arbolado.  El árbol dominante o principal  por estar más centrado es un tilo (T) que se encuentra entre dos arces negundos extremos (NA)  y un fresno (F) junto a las adelfas (A).  Estos 4 árboles tendrán portes, tamaños  y cumplirán finalidades similares, son caducos de  copa amplia adecuados como árbol de sombra, especialmente el tilo.

El resto de la plantación está en disonancia, haya  un falso pimentero (FP) a la derecha que invade con sus ramas lloronas la acera y  unos cuantos brachichitos (B) que no conjugan bien con los caducos  por  falta de espacio pues requieren mucha luz y su  porte alto  piramidal contrasta de mala manera con los caducos. También hay en el centro unos brotes de Hibiscus .
Este ajardinamiento  parece reciente,  la planta no parece de mucha calidad, quizá estuviese mucho tiempo en contenedor a juzgar por el engrosamiento del cuello de la raíz. Desde entonces no han tenido una poda esmerada, puede verse en el arce en primer plano como hay un feo engrosamiento producido por callos de cicatrización grandes.
Las plantas menos exigentes de humedad parecen estar sufriendo mucho, tal vez por exceso de compactación del suelo, los brachichitos y el falso pimentero están en un lamentable estado.



Ahora vemos el conjunto desde una perspectiva opuesta a la anterior. El arce en primer plano como los otros dos que se encuentran en la parcela de la derecha muestran la deficiente  poda. Desde esta perspectiva el fresno parece más centrado, pero como vimos está  pegado a las adelfas por lo que carece de espacio suficiente.




Los falsos pimenteros junto a la acera dificultarán el caminar de los peatones al ser árboles llorones



Este falso pimentero tiene un porte de sombrilla por la eliminación de las ramillas por debajo como  sucede cuando los animales se ramonean por animales  intensamente, como  los árboles de la sabana, de lo contrario sus ramas suelen llegar casi al suelo y pueden resultar molestas junto a una zona de paso. El grupo de yucas resaltaría más si estuviesen pegadas, aun más con un elemento adicional para formar una rocalla y de esa forma se evita la dificultad de  tener que recortar el césped entre los pies. Lo mismo se puede decir de los aparentes  arbustos de la izquierda que no dicen nada  separados  sobre el césped y dificultan la corta. En realidad se tratan de dos naranjos y un fresno, que no casan bien por la diferencia de porte y necesidad de espacio del segundo.



Ahora apreciamos los pequeños naranjos y el fresno, el primero de los cítricos está sombreado por el falso pimentero, el segundo por el arce. La sombra es incompatible con estos árboles.
Observen los dos arces.  No se les  está formando  debidamente, y algunos brotes chupones salen a una altura baja en donde no pueden formarse ramas  pues obviamente el fuste de estos árboles debe subirse más. Algún año se cortarán estos brotes con un grosor tan grande que ocasionara al árbol gran perturbación y problemas posteriores no solamente estéticos.

En Huelva el arce negundo no se da tan mal como aquí se presenta. En esta imagen se observan unos cuantos arbolillos. El primero a la izquierda tenía como el que está junto a la farola una horquilla muy baja para mantenerse como cruz, no ha habido igual criterio, al primero se le ha eliminado un brazo mientras que el segundo se ha recortado dejando un feo "tirachinas". El árbol entre estos está como se aprecia con la madera expuesta y lamentable estado. El más grueso al fondo tiene la salida opuesta de las ramas formando un poco estético tridente que no se conservará pues es una salida para la copa muy baja.  En la base  hay un engrosamiento  formado por  chupones, la brotación en el tronco puede responder a un exceso de poda,  pero si no se cortan convenientemente  vuelve a brotar de la misma zona y se forman estas antiestéticas formas.

Este sauce tiene una gran rama patente -casi horizontal-  debería haberse evitado su desarrollo, y  algunas rotas en la parte  superior de la copa que pueden llevar allí mucho tiempo.   La estructura del árbol  es fea a consecuencia de la falta de buena distribución de las ramas a la salida del tronco, incuso tiene un feo engrosamiento en la salida de la rama primaria derecha debido a un enorme callo de cicatrización antiguo por un exceso de poda.



Nuevamente encontramos escasa coherencia entre estos árboles, brachichitos, ciprés, paraiso (Melia azedarach)... incluso una pequeña palmera datilera que puede resultar molesta con sus hojas pinchudas.



La inclinación de estos naranjos produce  una angustiosa sensación de desequilibrio.
Nuevamente desequilibrio.




Un hierro torcido parece poder agredirnos en la acera justo detrás de la papelera rota.
En realidad se trata de un cartel que nos informa que el graffiti de la fachada es la diosa Atenea (diosa de la sabiduría).  El cartel no se realizó para que se viese de perfil, pero esta visión es la normal del paseante y debería de ser tenida en cuenta. A veces ciertos detalles también pueden causar agresión.

El ajardinamiento que vemos es muy simple, una pradera. Los céspedes son muy difíciles de mantener en el sur y requieren de  preservación pues el pisoteo o las deyecciones de los perros lo arruinan,  por eso ha de entenderse que espacios como éste tienen la función de poder pisarse, pero el hecho en si tiene que tener sentido pues el recortar esta pradera y el agua que requiere no puede ser simplemente para que se pise. Esta pradera no atrae al disfrute de tumbarse o jugar, por lo que no tiene mucho sentido, quizás lo que le falte sea algo de sombra para esta latitud tan cálida y recogimiento a falta de más espacio, demasiado cerca de edificios, aceras o coches.



Esta fabiola (Ficus elastica) ha sufrido una poda excesiva, nuevamente por hacerse tarde. Estos últimos parecen haber entrado junto al ficus y destrozado la hierba, quizás los jardineros para retirar los restos de la poda.



 Algunos árboles son elegidos por su rápido crecimiento, esto puede ser favorable  en principio luego viene la falta de espacio y corta vida del arbolado. En este caso se plantaron en sus alcorques álamos blancos y ahora levantan el pavimento.





Un olmo en la acera

Un arce negundo



 Otra problemática del álamo, es incompatible con la pradera.


Estas catalpas acaban de ser podadas. Los trozos que quedan de las ramas emitirán nuevos brotes que tendrán una salida en un punto de ruptura de las fibras, una zona de debilidad mecánica. Se debería haber ajustado al tronco estos cortes y haberse realizado antes que las ramas adquirieran tanto grosor.


Estos olmos se plantaron demasiado cerca de la acera.


El alcorque se quedó pequeño. El olmo del primer plano tiene una feas brotaciones epicórmicas. Ya se ha explicado por qué ocurre esto y sus consecuencias,  Primero se cortó un rama gruesa a la que se le dejó un trozo, ahora brotan estos chupones que formarán un engrosamiento feo. Si una de estas ramas se dejara crecer y engordar tendríamos en el futuro un riesgo de rotura grave, si no es que se pudre el tronco y entonces el riesgo de rotura es del árbol entero. Todo por no cortar debidamente una rama.



 En la copa de este olmo se ha puesto una caja nido adecuada para pequeñas aves insectívoras como el carbonero o herrerillo.  Advertirán que el lugar no parece el más adecuado,  salvo que su función sea mostrarlo.


Caja nido, destinada a  los pájaros o  para ser observada.  Otro "buzón" nido en la misma acera





Naranjo amargo.  Este árbol está en muy mal estado y las ramas que naturalmente  tienen más vigor, las que cerca del ápice de la copa suben hacia arriba, han sido cortadas. Si el árbol tuviese suficiente vigor brotaría con chupones, que luego se cortarían tardíamente  y debilitarían al árbol,  en caso que el árbol no responda así significará que  está en las últimas. En la siguiente foto se pueden ver como no es el único, nos queda la duda de que haya secado las puntas, entonces los árboles tendría un grave problema sanitario. Lo más probable sea una combinación de abandono y malas prácticas, no se observa riego automatizado y  probablemente el suelo arcilloso del lugar esté muy compactado.




Una acera que nos obliga a saltar.



Salimos del campus a los alrededores.


Una calle de Huelva problemática para el peatón.  La acera es ancha y sin embargo no hay casi espacio para circular.


Malas podas en las palmeras han deformado su fuste.


 Especialmente fea la  rama en primer plano de esta tipuana, que sale hacía un lado y se cruza por delante del tronco hacia el lado contrario.   El peso de esta rama con esta salida la hace candidata a desgajarse algún día.

¿Una forma interesante u horrible?

La tipuanas deben  de podarse anualmente pues sus ramas pueden alargarse mucho e ir en cualquier dirección.  Estas con forma inusualmente retorcidas  debido a podas realizadas sin criterio.


A diferencia de las tipuanas, los almeces de forma natural  tiene una copa muy ordenada. Por esto no se entiende la poda de este ejemplar. Demasiado tarde fue cuando se pensó que a este almez le sobraban tantas ramas.  Ahora parecerá más que  nunca una pata de elefante.


Paseo con tipuanas en la Avenida de Andalucía  con la conocida poda retorcida.  No se buscó una finalidad estética pero cuando el árbol ya crecido cumple su función puede que estas formas resulten interesantes para el paseante.






Ya para terminar una foto del ajardinamiento de  la Avenida, sencillo y correcto.




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