miércoles, 13 de agosto de 2025

LA FRAGATA VENCIÓ AL ACORAZADO

 

Introducción

Las líneas clásicas de los navíos de guerra del periodo que va desde la Primera a la Segunda Guerra Mundial fueron consecuencia del innovador battleship HMS Dreadnought puesto en servicio en 1906. En este diseño del acorazado se buscó maximizar la protección y potencia de fuego en un barco, con la mayor velocidad posible; siendo su características distintivas una artillería principal de un único gran calibre con una disposición de los cañones(1) en torretas alineadas al eje del buque o línea de crujía, con uno o dos torretas  en popa  e igualmente en proa. Este modelo será copiado para el resto de los buques avivando la carrera armamentística, principalmente entre el  Reino Unido y el Imperio Alemán, pero con repercusión mundial, convirtiendo a los nuevos acorazados en el símbolo del poderío naval.

Pero los acorazados fueron demasiado valiosos e incapaces para muchos de los cometidos que  requería el almirantazgo, para estos fines las armadas fueron utilizando los versátiles cruceros o los ligeros destructores. Después de la IIGM,  con el desarrollo de la aviación primero y la aparición del misil después, quedan fuero de juego los grandes navíos y se prefieren buques pequeños y móviles.

USS Texas. El más antiguo de los dreadnought de EE. UU. que ha sobrevivido, el USS Texas, entró en servicio en 1914, y es en la actualidad un buque museo (Wikimedia Commons)


Auge y acaso de los acorazados modernos

El impacto del HMS Dreadnought fue total, ya que a sus características propias de pegada y protección se le unía una velocidad que superaba al de algunos de los cruceros de la época. Esto era posible por el empleo de turbinas de vapor Parson que antes ya se habían implementado en barcos rápidos como los destructores,  pues proporcionaban alta velocidad con una planta motriz de tamaño más reducida que si se emplease el motor alternativo.

Todo este proceso era consecuencia del rápido desarrollo tecnológico. Así, hasta la entrada del siglo XX, el arma decisiva fue el cañón de calibre medio, usualmente de 152 mm (6 pulgadas), capaz de realizar fuego rápido a una distancia relativamente corta, ya que la artillería naval de grueso calibre era demasiado imprecisa a largas distancias y presentaba una baja cadencia de disparo. Pero los almirantes británicos y estadounidenses preveían que los futuros acorazados entrasen en combate a mayores distancias, a medida que el alcance de los torpedos se fuese incrementando. Durante la  batalla de Tsushima en 1905 quedó confirmado  el  incremento del alcance efectivo de la artillería pesada, de tal forma que en todas las armadas, el calibre se incrementó y el número de cañones en cada barco tendió a reducirse para compensar. El menor número de cañones resolvió la cuestión de la distribución y las torretas en la línea de crujía se convirtieron en la norma, colocando a veces los cañones de forma escalonada para reducir el largo del casco, especialmente a partir de las nuevas clases de acorazados denominados superdreadnoughts.

La transición al armamento monocalibre fue adoptada debido a las ventajas que el armamento pesado ofrecía tanto en potencia como en control de fuego. Los nuevos cañones de 305 mm eran capaces de provocar más daños y tenían mayor alcance que las piezas de 254 o 234 mm. Otras ventajas  que ofrecía un armamento pesado uniforme era la simplicidad logística y una racionalización de la dirección de tiro, sólo sería necesario realizar una única serie de cálculos para el ajuste del alcance del disparo. A largas distancias, las piezas eran apuntadas observando las columnas de agua que levantaban los proyectiles al impactar contra el mar. En el caso de abrir fuego con piezas de varios calibres, no se podía discriminar el origen del disparo.

Los primeros dreadnought tendían a portar unos cañones ligeros como armamento secundario destinados a protegerse de las lanchas torpederas  que solían atacar de forma separada de las acciones de cualquier flota. Por lo tanto, no había necesidad de blindar el armamento secundario ni de proteger a la tripulación de los fogonazos producidos por el armamento principal. Pero en unos pocos años, la mayor amenaza provenía de los destructores, más difíciles de destruir que las lanchas torpederas y que requerían también del uso de la artillería principal. Esto implicaba proteger los cañones dentro de torretas y aumentar el calibre, pero el armamento secundario de los dreadnought fue, en general, insatisfactorio. La única forma totalmente segura de proteger un dreadnought de destructores o de ataques de torpederos, era escoltarlo con su propio escuadrón de destructores o cruceros ligeros. Tras la Primera Guerra Mundial, el armamento secundario tendió a ser montado en torretas en la cubierta superior y alrededor de la superestructura dispuestos en su mayoría como parte del sistema de protección antiaérea, incrementándose la adopción de cañones de propósito doble y elevados ángulos de tiro.

La consecuencia inevitable de la demanda de velocidades, potencia de fuego y protección, significó que el desplazamiento y coste de los buques tendiese a incrementarse. El Tratado naval de Washington de 1922 limitó a 35 000 toneladas el desplazamiento de los buques capitales. En los años siguientes se encargó la fabricación de numerosos barcos que se ajustaban a los límites del tratado. Sin embargo, la decisión de Japón de abandonar el tratado en la década de 1930 y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial hicieron irrelevantes las limitaciones.

Estos grandes cañones se montarían, además de en los acorazados,  en los cruceros de batalla. Estos barcos eran incluso de mayor tamaño, buscaban una ventaja en su mayor velocidad a costa de reducir algo el blindaje. Como el tratado de Washington(2), que limitaba el numero de grandes buques, igualaba ambos, algunos cruceros de batalla fueron reconvertidos en portaviones.

Pero las flotas de estos colosos fue más un factor disuasorio que una fuerza de acción, dado el riesgo que podría suponer exponerlos a su irreparable pérdida. Solamente cuando se creyó que era posible la batalla decisiva como la victoria japonesa en Tsushima, que erróneamente quisieron replicar los japoneses(3). No parecía buena estrategia incluso asentando un golpe mayor a la flota enemiga, como en la batalla de Jutlandía en la IGM, Alemania se quedó sin la carta ganadora para futuros enfrentamientos y salvo los submarinos encargados de atacar las rutas comerciales, la flota Alemana permaneció en puerto hasta el final de la guerra.

Detrás del concepto del acorazado se encontraba la búsqueda de inmunidad de la superestructura. Para ello se colocaba una gruesa coraza lateral además de un cinturón antitorpedo. Con el mayor alcance de las baterías el ángulo de caída de los proyectiles  se elevó  pudiendo caer detrás de la placa exterior y golpear directamente las estructuras internas, pero no se considero determinante, no obstante, nunca estuvieron protegidos para resistir la penetración de bombas de aviación(4).

Se suele señalar como signo del ocaso del acorazado la pérdida del moderno HMS Prince of Whales en las costas de Malasia por la aviación japonesa sólo dos días después del ataque a Pearl Harbour. Curiosamente este navío había acompañado al enorme crucero de batalla HMS Hood el día en el que el Bismark literalmente lo reventó con un disparo de estos proyectiles de caída parabólica en la Batalla del Estrecho de Dinamarca el 24 de mayo de 1941. La venganza no se hizo esperar gracias a la superioridad naval británica, incluida aviación, siendo el acorado alemán cazado y hundido solamente 3 días después.

Años después llegará el final al Yamato y Mushashi, los acorazado más pesados y fuertemente armados jamás construidos(5) de 72.800 toneladas de desplazamiento a plena carga y nueve cañones de 460 mm.

El final del  gigante Yamato, el 7 de abril de 1945, también fue obra de la aviación en un corto espacio de tiempo que va desde el primer ataque a las 12:37 hasta su explosión a las 14:23, el Yamato había recibido el impacto de once torpedos y ocho bombas. Mientras que su hermano de clase, el Mushashi, recibió aún mayor castigo con el impacto de diecisiete bombas y diecinueve torpedos durante la batalla del Golfo de Leyte el 24 de octubre de 1944.

El hundimiento del SMS Szent István, después de recibir los torpedos de lanchas torpederas italianas. ( Bundesarchiv, Bild 134-C2280 / CC-BY-SA 3.0)


 Los cruceros

El término crucero aparece entorno a 1870 para referirse a un tipo de buque con escaso blindaje, pero rápido y bien armado, capaz de detener en caso de guerra el tráfico mercante enemigo o de proteger las rutas marinas coloniales propias en ultramar en caso de necesidad.

Dejando de lado los cruceros de batalla, en muchos aspectos similares a los acorazados, los puntos fuertes de estos buques será sus altas capacidades en maniobrabilidad, velocidad y cadencia de disparo;  es por tanto el navío con las características más amplias y versátiles, siendo en las flotas complementarios de los acorazados o portaviones al defenderlos ante destructores y cruceros enemigos.

Las líneas elegantes  de los cruceros ligeros de la II GM son el clásico de unos barcos con una disposición de los cañones en torretas ubicadas en la línea de crujía y superpuestos, de forma similar a los acorazados pero de calibres inferiores.  Las 10.000 t de desplazamiento y 155 mm, se fijó como referencia máxima para los cruceros ligeros impuesto por el Tratado de Washington. Por ejemplo la clase Fiji británica con 4 monturas triples de 6 pulgadas contando con dos lanzadores triples de torpedos. Una de las funciones de estos barcos fue la de servir de líder de flotillas de destructores.

Mientras que en caso de los acorazados su batería principal evolucionaba solamente para aumentar su capacidad de penetración en el blindaje del enemigo. En los cruceros se jugó  con las diferentes posibilidades, podía optarse por un gran calibre y cañones largos para incrementar la velocidad en boca, que ofrecían más alcance y capacidad de penetración. Pero las pesadas torretas de los cañones de gran calibre, tenían un giro muy lento y a largas distancias disparaban en tiro parabólico (apuntando con mayores ángulos), volviéndose inútiles contra objetivos cercanos. Las mejoras hicieron que los cañones más ligeros pudieran moverse rápidamente hacia su objetivo y disparar un verdadero chorro de proyectiles cuyo trazado facilitaba la puntería sin necesidad de cálculos o uso de radar.

Los cruceros pesados podían tener cañones mayores (normalmente de 8 pulgadas) pensados para destruir a otros cruceros y sirvieron de escolta en el Pacífico a los portaviones, dado que los acorazados eran demasiado lentos para acompañar a estos barcos capitales en este escenario. También hubo cruceros grandes que optaron por cañones de solamente 6 pulgadas, en torretas dobles o triples, buscando ser más eficaces contra  objetivos rápidos y cercanos pero no blindados, como los destructores.

Cañones aun más ligeros podían, usando ángulos de tiro elevados, servir como antiaéreos. Por eso una de las grandes misiones de los cruceros durante la IIGM fue la de servir como poderosa plataforma de armas antiaéreas. En particular  con cañones de doble propósito como la clase Dido, armados con cañones de 133 mm en cuatro o cinco torretas dobles. La Armada de Estados Unidos utilizó cañones de 127 mm en sus cruceros antiaéreos de la clase Atlanta, hasta con seis montajes dobles en torres cerradas (de tipo de destructor).

 A finales del siglo XX, la obsolescencia del acorazado dejó al crucero como el barco de combate de superficie más grande y poderoso (los  portaaviones no se consideran combatientes de superficie, ya que su capacidad de ataque proviene de sus alas aéreas embarcadas en lugar de las armas a bordo).  Pero el papel del crucero estaba en revisión cuando los límites con los nuevos destructores empezaron a desdibujarse gracias a la mejora de las torretas con cañones de alta cadencia de disparo y aparece como arma principal el misil. Es así como desparecen los grandes buques a favor de los pequeños destructores, el tema que desarrollaremos a continuación.

 

El crucero italiano Marco Polo en una postal de antes de 1917 (Wikimedia Commons) 

El destructor

Tal como comentamos al inicio, la aparición del torpedo se convierte en la principal amenaza para los grandes buques que usaban como primer vector las pequeñas lanchas torpederas(6) y luego el destructor, mientras que los submarinos siempre actuaron preferentemente sobre el tráfico mercantes que no sobre buques de la armada. Sin embargo, en su origen el destructor no fue un caza navíos, tampoco fue su principal rol durante las dos guerras mundiales, aprovechado como explorador por su rapidez y escasa visibilidad gracias a su baja silueta, enfocados a un papel de escolta en las flotas, convoyes o grupos de batalla y defenderlos contra lanchas torpederas y submarinos.

La motivación para su desarrollo era la de disponer de un contratorpedero capaz de poder acompañar a las escuadras y defenderlas de los torpederos enemigos, pues esta labor la realizaban pequeños barcos similares a los torpederos que no podían acompañar a las flotas en alta mar. Además de la velocidad, entre las características principales de estos nuevos barcos debía estar el tener una gran autonomía y capacidad de navegación oceánica, ya que deberían acompañar en sus largos viajes a los cruceros y acorazados a los que protegerían. Desde ese momento, hasta la Primera Guerra Mundial, su papel principal era proteger a la flota de los torpederos, así como realizar ataques(7)  con torpedos contra los acorazados enemigos. El papel de escoltar a los convoyes enemigos aún estaba lejos en el futuro.


Fernando Villamil (  (Wikimedia Commons) 

)


La idea original le corresponde al marino español Fernando Villaamil(8)  que solicitó proyectos a varios astilleros británicos y finalmente, en 1885, eligió el presentado por el astillero de James & George Thompson de Clydebank (Escocia). Bautizado como “El Destructor” entró en servicio en 1887 y tuvo influencia en el concepto y diseño de los destructores (destroyer en inglés) posteriores de la Marina Real británica. Siendo  considerado mayoritariamente el primer destructor de buques torpederos construido nunca, fue puesto en grada en 1886, con un desplazamiento de 380 t, equipado con un cañón (de construcción nacional) Hontoria de 90 mm, cuatro cañones de 57 mm, 2 cañones de 37 mm y 3 tubos lanzatorpedos.


El Destructor. Primer destructor del mundo (Wikimedia Commons) 


En 1899 la Marina Real británica ordenó la construcción de prototipos de destructores dotados de turbinas para su propulsión: el HMS Viper y el HMS Cobra. Estos fueron los primeros buques de guerra dotados de turbinas; para 1910, las turbinas habían sido ampliamente usadas por todas las armadas para sus buques más rápidos. Los británicos experimentaron con la propulsión alimentada por fueloil con la clase Tribal de 1905.

Los destructores fueron adoptando un modelo de casco largo y estrecho, con un calado relativamente bajo. La proa estaba elevada, primero con una cubierta bajo una especie de caparazón, luego con un castillo donde se encontraban unos  alojamientos de la tripulación. En estos inicios, los destructores ofrecían una muy baja calidad de vida a bordo, carecería de comodidad incluso para los primeros oficiales que carecían de la intimidad de camarote separado. Tras el espacio de la tripulación (1/4 a 1/3 de la longitud del casco), se encontraban las salas de máquinas, compuestas por calderas y turbinas. Sobre la cubierta se montaban a proa uno o más cañones de disparo rápido delante del puente; se añadían otros tanto a mitad del buque, como a popa. Los tubos lanzatorpedos se montaban en montajes múltiples a mitad del barco en las bandas.

Durante la Guerra Ruso-Japonesa, en 1904, se produce la primera victoria significativa de los destructores en combate, al dañar con sus torpedos a dos acorazados rusos en la batalla de Port Arthur.

Mientras que los enfrentamientos entre buques capitales fueron escasos durante la Primera Guerra Mundial, los destructores participaron continuamente en acciones de ataque y patrulla durante la contienda. El primer disparo de la guerra en el mar fue efectuado el 5 de agosto de 1915 por el destructor de la segunda flotilla, HMS Lance, en un enfrentamiento contra el minador auxiliar Königin Luise. Pero la primera baja de un submarino alemán por un destructor, fue la del U-19, embestido por el HMS Badger el 29 de octubre de 1914. Aunque el U-19 solo fue dañado, al mes siguiente, el HMS Garry hundió el U-18. El primer hundimiento por cargas de profundidad, tuvo lugar el 4 de diciembre de 1916, cuando el UC-19​ fue hundido por el HMS Llewellyn.

Destructor de la clase Churruca Lepanto que participó en la Guerra Civil por el bando republicano  y  probablemente fue uno de sus torpedos el que hundió el crucero pesado Baleares.(Wikimedia Commons) 


La tendencia durante la Primera Guerra Mundial, fue la de construir destructores cada vez más grandes y con un armamento más pesado. En este sentido se reforzó el poder del armamento de torpedos, pues la experiencia  había demostrado que en algunos casos se había perdido la oportunidad de dañar a buques capitales después de gastar este poder en una sola salva. Los destructores británicos de las clases 'V' y 'W' del final de la guerra, comenzaron a montar  seis tubos lanzatorpedos en dos montajes triples en vez de los dos o cuatro tubos de modelos anteriores y almacenando sus recargas cerca de la superestructura, permitiendo con ello la recarga en 15 minutos.

Durante el periodo de entreguerras se avanzó en la construcción de destructores más grandes y rápidos, especialmente dentro de la rivalidad franco-italiana en el mediterráneo. Como respuesta a los veloces cruceros ligeros de la clase Condottieri, la armada francesa construía la clase Le Fantasque de 1935 que podía alcanzar la velocidad de 45 nudos (83,4 km/h),  con cinco cañones de 140 mm y nueve tubos lanzatorpedos. Por otro lado, la armada de los EEUU, da un salto cualitativo con la clase Farragut(9) de 1934, un barco más grande y con habitabilidad mejorada que le valió el apodo de "goldplaters".

Al comenzar la IIGM, los avances de la aviación y del arma submarina harán que los destructores estuvieran mal equipados para combatir a sus objetivos, las armas antisubmarinas habían cambiado poco, y el SONAR (conocido  también como ASDIC) no se usa masivamente ni mejorado apenas hasta poco antes de la IIGM. Para ello fueron incorporando armamento antiaéreo, radar y armamento ASW (erizo) adicionales a sus cañones ligeros, cargas de profundidad y torpedos.

HMS Velox  (Wikimedia Commons) 



En esa época, los destructores ya se habían convertido en grandes y caros buques multipropósito. Las necesidades harán que aparezcan nuevos tipos de buques mas baratos y lentos especializados en la lucha antisubmarina con un desplazamiento más similar al de los primeros destructores, que en general se llamarán fragatas(10) en todos los ejércitos, menos en EEUU que serán denominadas escoltas (destroyer escort).  Por otro  lado, la Royal Navy, ante la urgencia de hacer frente a la gran amenaza de los numerosos submarinos alemanes, para ahorrar tiempo de construcción y costes, creó las más económicas corbetas clase Flower basándose en el diseño de un ballenero, que cumplieron bien su misión de escoltas oceánicos hasta que fueron desplazadas por las mejor diseñadas fragatas de la clase River.

Actualmente la base de todas las armadas son potentes buques con la denominación de fragata o corbeta, pero son otra historia(11).  No deja  de ser curioso que aquellos buques de vela que dejaron la impronta en las antiguas grandes armadas  para asignar a dos rangos actuales principales como  son capitán de fragata o corbeta, quedaran fuera de contexto en la primera mitad del siglo XX hasta que estos nombres reaparecen en barcos modestos y ahora cumplen cometidos principales como fue en sus últimas versiones, justo  anteriores de la creación de los acorazados.

Podría decirse que la aparición del acorazado acabó con las fragatas justamente cuando estos buques de origen humilde eran importantes navíos de guerra. Renacerán de forma igualmente humilde cuando desaparece el acorazado para convertirse nuevamente en importantes navíos de guerra.

También podría decirse que el  nombre del navío (fragata y corveta) creo el rango, y ahora el nombre del rango (capitán de fragata o corveta) ha creado el nombre del navío.

 

Fragata moderna española Cristóbal Colón F-105. (Foto de Diego Quevedo Carmona (tomada  de Wikimedia Commons)  


NOTAS ACLARATORIAS

 

1.-  El término dreanougth se usa para definir los barcos similares al original HMS Dreanougth que contaba con 5 torretas dobles, una a proa y dos en popa siguiendo el eje central del barco, más dos en la alas junto a la superestructura. La clase posterior denominados Superdreadnoughts disponían todas las torretas en la línea de crujía del barco, superponiendo algunas, pues así las tensiones estructurales eran relativamente bajas. Esta disposición permitía además que toda la batería principal disparase hacia un costado del barco, aunque no todas lo pudiesen hacer en la dirección de la marcha del buque. Esto también implicaba que el casco fuese más largo incrementanto el desplazamiento por el peso del blindaje, además de que un número grande torretas de cañones interferían con la distribución de las máquinas, razón por el que el HMS Agincourt, que montaba un número récord de 14 cañones de doce pulgadas, no se lo consideró un éxito.

 

Plano del HMS Dreadnought, puesto en servicio en 1906, publicado en el Jane's Fighting Ships. Mostrando la distribución del armamento en los primeros dreadnoughts ingleses. La batería principal se dispone en torretas gemelas, con dos en las «alas»; la batería secundaria, más ligera, se distribuyó alrededor de la superestructura. ( De Wikipedia  Commons)

 

2.- El número de acorazados (battleships) o cruceros de batalla (battlecruiser) quedaba reducido a 20 para el RU, 18 para EEUU y 10 para las otras potencias vencedoras de la IGM (Francia, Italia y Japón).

 

3.-  Estratégicamente, se supone que el ataque a Pearl Harbour vendría a provocar una respuesta americana para enfrentarse a una batalla definitiva. Recordemos que el éxito de la batalla de Tsushima es consecuencia de la última respuesta rusa. Pero Pearl Harbor no es un ataque tan debilitante a la fuerza de la USS NAVY  en el Pacífico, no se dañó a uno solo de los portaviones (buques capitales en el conflicto) ni se inutilizaron las instalaciones navales de Hawai.  En todo caso, era ingenuo que los americanos entraran en este juego cuando todo induce a pensar que estaban preparándose para el conflicto desde hacía tiempo.

 

4.- Las bombas colocadas con precisión podían hacer mucho daño en cualquier buque. El as “stuka” Hans-Ulrich Rudel consiguió destruir un crucero ruso con una sola bomba, como si fuese Skywalker contra la Estrella de la Muerte,  la introdujo en la sala de máquinas a través del hueco de una de las chimeneas.

 

5.- EEUU planteó la construcción de una clase Montana equivalente a la clase Yamato, pero sus quillas nunca fueron puestas en gradas; los cuatro acorazados de la clase Iowa completados fueron los últimos en ser puestos en servicio aunque con cañones de  16 pulgadas (406,4 mm).

 

6.- Buques torpederos hundieron el acorazado HMS Goliath en 1915, el austro-húngaro Wien en 1917 y el Szent Istvan en 1918.

 

7.- Los destructores se agrupaban en grupos de combates encabezados por un crucero ligero o un destructor líder, denominado en inglés  “flotilla lider” (siendo el término flotilla del español pequeña flota de barcos).  Algunos destructores hasta finales de los 30 se construyeron para este rol, debiendo disponer de espacio suficiente para el capitán de la flota y todo su equipo. Los norteamericanos que usaban símbolos de clasificación para el casco, usaban para el destructor normal las siglas DD; DL para los grandes destructores “flotilla lider”.

 

7.- Murió heroicamente en 1998, en Santiago de Cuba, combatiendo a borde del “Furor”, uno de los buques que había contribuido a diseñar, cuando estaba al mando de la escuadrilla de destructores de la escuadra de Cervera. 

 

8.- Son ya 5 las clases con este nombre, destructores todas menos la primera (el torpedero USS TB-11). El nombre es en honor al almirante Farragut, hijo del militar y marino español Jorge Farragut Mesquida que combatió contra el imperio británico durante la Guerra de Indepencia de los Estados Unidos adquiriendo la nacionalidad estadounidense. Cuando acabó la guerra, y gracias a sus méritos, se retiró del ejército de los Estados Unidos con el grado de comandante mayor.

 

9.- El término de destructor de escolta (escort destroyer) alude a potentes detructores de flota,  puede ser confundido con destroyer escort en ingles, que hace referencia a buques escoltas de mercantes particularmente de la IIGM,  de menor tamaño pero de mejores cualidades marineras que las pequeñas corbetas. Tenían capacidades antisubmarinas y eran lentos con motores diesel (los mercantes no marchaban a más de 10- 12 nudos), a veces podían portar torpedos. Durante la IIGM los EEUU siguieron denominando como tales a buques rápidos similares a las llamadas fragatas de otros países, término no usado en la armada de los EEUU hasta la reclasificación de 1975 para normalizarla a la OTAN. Así se pasó de los símbolos de clasificación de casco DE o DEG, a FF o FFG.

 

10.-  Según Agustín Ramón Rodríguez González, coautor con Juan Luis Coello Lillo de La Fragata en la Armada Española. 500 años de Historia. Atribuye la invención de este buque de guerra clásico a los trabajos que comenzó  Bazán “el viejo” y le  siguieron sus hijos, el gran Don Álvaro de Bazán “el mozo”, por no decir “el grande” y de su hermano Don Alonso, para resolver el  problema de proteger a las naos en las grandes travesías oceánicas frente a los buques más pequeños y ágiles de los corsarios. Para este cometido no podía usarse como base la Nao, un barco robusto pero carente de agilidad, tampoco la galera que era el barco de guerra ideal en el mediterráneo pero no servía para el oceano. La solución se encontraba  en buques más pequeños, y así fueron naciendo los “galeoncetes”, “galizabras” (tomando como base a unos pesqueros llamados zabras”) o finalmente, las “fragatas”, por analogía con las embarcaciones menores que acompañaban a las galeras.

 

Por tanto el nombre es anterior y parece derivar, según el autor, de la palabra original  griega, “afracta” o “sin cubierta”, referida a las más pequeñas embarcaciones de la familia de la galera, con apenas una docena de remos por banda, una treintena de marineros (que accionaban los remos pues en ellas no había forzados) y otros tantos soldados si iban armadas en guerra. De las que unas cuarentena de ellas luchó en Lepanto.

 

 Será en los astilleros del Flandes de la corona española donde se acabe perfilando el buque que será copiado en el siglo XVII, por Holanda, Francia y finalmente Inglaterra. Tomando en muchos caso el nombre.

 

No está claro el origen de la corbeta pero parece su desarrollo es parejo a la fragata que fue creciendo en tamaño, siendo la corbeta de tamaño inferior.

 

En todo caso la impronta de los nombres de estos dos barcos se mantendrá en muchas armadas como los rangos de capitán de corveta y capitán de fragata actuales.

 

Ejemplos en países OTAN:

 Bélgica (Flamenco ):              Korvetkapitein, Fregatkapitein

 Francia y Bélgica (francés): Capitaine de corvette, Capitaine de frégate

 Italia:                                      Capitano di corvetta Capitano di fregata

 Montenegro                            Kapetan korvete, Kapetan fregate

 Portugal                                  Capitão-tenente, Capitão de fragata

 Alemania                                Korvetten­kapitän, Fregatten­kapitän

 Eslovenia                                Kapitan korvete, Kapitan fregate

 

11.-   Las capacidades de estos buques son altas, dotados de alta tecnología: misiles superficie-aire, antibuques, antisubmarinos,  superficie-superficie, tienen capacidad  portahelicoptero… son por tanto buques sofisticados y caros. Por ejemplo la fragata Cristóbal Colón (F-105) española tiene el desplazamiento de 6.300 t y para la OTAN es calificada como destructor, aunque su desplazamiento sería similar a la clase de cruceros Dido de la Royal Navy usado durante la II GM.  Una ponderación de las capacidades y versatilidad de la F-105  la hace notablemente superiores al  rol de cualquier crucero de la IIGM.

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