El pasado octubre la revista
Nature publicó un artículo titulado "Decreases in global beer supply due
to extreme drought and heat" (Disminuye el suministro mundial de cerveza
debido a la extrema sequía y al calor), los autores son economistas y la
proyección mediática ha sido enorme, siendo esta repercusión acrítica o
tendenciosa la que me mueve a escribir esta líneas.
Es llamativo que mientras los
climatólogos no se atreven a predecir el
tiempo más allá de unos días o semanas y
los economistas no se enteraron que venía la actual crisis, lleguen unos economistas
prediciendo en base al cambio climático.
Cerveza + Cambio Climático no es
una combinación inocente. Esta fórmula es igual a ayudas públicas y repercusión
mediática si añadimos también una universidad del UK con una China
y la revista Nature.
Se han realizado todo tipo de
estudios similares sin esta repercusión, con bienes de primerísima necesidad
como el trigo o el arroz, y no han
tenido igual impacto en los medios. Los mismos autores comentan en su trabajo
que comparado con otros bienes la cerveza es un consumo de lujo: "Si bien
los efectos sobre la cerveza pueden parecer intrascendentes en comparación con
muchos de los otros impactos del cambio climático, algunos de ellos
potencialmente mortales, todavía hay algo fundamental en la apreciación
intercultural de la cerveza" Y terminan
sus conclusiones con una llamativa expresión : "the climate impacts on
beer consumption will add insult to injury".
Lo curioso es que la última frase
no es una predicción sino el eco en los medios. La birra es lo suficiente popular
para que sea un alarmismo digerible,
forte ma non troppo, perfecta para ser una noticia de relevancia.
"El
cambio climático amenaza a la cerveza" (El Mundo)
"El
cambio climático amenaza con disparar el precio de la cerveza" (El
Periódico)
"El
cambio climático reducirá la producción de cerveza" (Levante)
"La
cerveza, amenazada por el cambio climático" (El País)
Estos
titulares son extraídos como los primeros que aparecen en la búsqueda de la
noticia en Google. Resulta curioso que el titular de los dos periódicos de más
referencia en este país sean prácticamente iguales (varía la posición de las
palabras) y los más alarmantes: amenaza a la cerveza.
"El
Periódico" usa el mismo calificativo pero lo suaviza al concretar que se
refiere al precio, mientras que
"Levante" se limita a referirse a la producción.
Estos estudios relacionados con
el cambio climático independiente de su calidad científica, son distantes de la
ciencia física formal que modela el futuro del clima, son meramente estudios de
economía, lo cual implica que las predicciones sean meramente
especulativas y puedan parecer bastantes
subjetivas.
Es curioso como siempre la
economía predictiva parece renacer de sus cenizas con cada glorioso fracaso. Y
si de éxito se trata será de la especulativa pues las cerveceras estarán ya
preparándose para una subida de precios justificada, ya que el ciudadano lo
admitirá con resignación de culpabilidad por haber contribuido al calentamiento
global.
Centrándonos en el método
científico y su repercusión mediática. Parece como si últimamente hubiese premio cuando se busca una correlación
entre un parámetro físico y otro social (o económico); no digo que este sea el caso, pero algunas han sido calificadas como
correlaciones absurdas.
Hay una clara relación entre la cerveza y el CO2 : la espuma.
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Dejemos de lado el contenido del
estudio económico y hablemos de la cerveza desde el aspectos dejados de lado
por los autores como el histórico y agronómico.
La cerveza es tratada hoy día como bebida recreativa,
pero no siempre fue así. Sería un desprecio olvidar que aparece como un
alimento fundamental antes que el vino.
La cerveza
está en el origen de la civilización, es conocido como se pagaba con cerveza a
los trabajadores en el antiguo Egipto. Pan y cerveza están íntimamente
relacionados, parece ser que la cerveza pudo aparecer de forma casual al dejar
en remojo pan pues la levadura que produce a ambos es la misma y la formula
también, salvo el final, cocer y dejar en remojo.
En todo caso
la cerveza de cebada requiere de una cierta cocción previo del grano para que
los azucares puedan fermentar. Pero la cerveza se ha hecho con trigo, centeno e
incluso avena, la preferencia por la cebada podría entenderse que fue porque no
es panificable directamente como el trigo, este proceso previo para el
fermentado de la cebada es el malteado.
Lo que
entendemos hoy por cerveza incluye lúpulo y diferentes grados de tostado de la
malta para darle cuerpo y aroma. En Pilsen (actualmente República Checa) se
obtuvo una fermentación lenta, en frío que es la propia de "las
rubias" actuales que degustamos como tipo "pilsen". La negra que
se suele consumir "del tiempo" en las islas británicas, tiene un
tostado de la malta mayor y más cantidad de ésta para hacerla más fuerte y
alcohólica.
Pero la
cerveza moderna no apareció hasta la Edad Moderna, durante la Edad Media se
hablaba de cerveza de monasterio y de una birra o cerveza popular que se podía
hacer con cualquier cereal.
La palabra
cerveza deriva de cereal y ésta de la diosa de la agricultura romana Ceres. En
español y portugués ha permanecido como nombre de la bebida, mientras que en
otros países ha sido el nombre de la birra popular lo que ha transcendido.
Si admitimos
que el pan es un alimento fundamental, y requiere de trigo de calidad; la
cebada resulta un cultivo complementario. No obstante actualmente es el cuarto
cereal más cultivado después del trigo, maíz y arroz; y el primero en España.
Volviendo a
los orígenes de su cultivo, en el
antiguo Egipto este cultivo debió
dárseles mejor que el trigo, se adaptaba perfectamente a las condiciones del
Nilo.
o Calor:
Las crecidas del Nilo se producían en verano y ya hemos comentado que la cebada
se cultiva mejor que el trigo con clima cálido y seco.
o Inundación
temporal: La cebada curiosamente requiere mucha agua al principio del
crecimiento y soporta mejor la inundación
que el trigo en el momento de la germinación y primer desarrollo, cuando
los campos se regaban por inundación a orillas del Nilo.
o Salinidad:
La cebada soporta más la salinidad que el trigo y esta ventaja debió ser
importante en los campos del Delta en donde la salinidad seria considerable.
Repito:
calor, inundación temporal y salinidad. Parece un escenario catastrófico del
cambio climático.
El
artículo lo he leído por encima, como es normal es un tratamiento de
datos bastante tedioso basado en los
modelos de cambio climático, consumo y especialmente la producción de cebada en
el mundo, por lo que no entra en la agronomía del cultivo de la cebada:
"Nuestros resultados
reflejan los impactos de eventos extremos como si hubieran ocurrido en el
presente. No evaluamos el efecto de los cambios futuros en la agricultura de
cebada, (...) ". (Wei Xie, Wei Xiong, Jie Pan, y otros . 2018)
Dudo que se
introduzcan estas variables en otros estudios pues aunque lo mejoran, no lo
hacen de forma ventajosa, no solo porque incrementa el número de variables y
datos, simplemente porque, al menos, en apariencia introducen más incertidumbre.
El estudio usa en lo que se refiere al cultivo de cebada "datos
ciertos" que tienen la ventaja de no
ser discutibles desde el punto de vista formal, mientras que la certidumbre de la
proyección a largo plazo es otra cosa.
Diría que
estos estudios solo pueden ser criticados en el método, que en este caso debe
ser impecable. Así, paradójicamente, a pesar de aparentar ser predicciones no
están hechos para que se lean dentro de unas décadas. Cuentan con la ventaja que no es un estudio de
campo sino de gabinete, si el pronóstico falla, la culpa estará en los datos de
otros.
De todas
formas, al ciudadano lo que le interesa es el contenido y no la forma. Y en esto hay algunas objeciones que no están
en el estudio, sino en lo que ha trascendido a los medios.
Ciertamente
las miles de personas que se han creado una idea al respecto no leerán el
artículo de la revista Nature; más aún,
no pasarán de los titulares de prensa escrita y medios audiovisuales.
Si repasamos
los estudios agronómicos de este cultivo nos encontramos que la cebada es un
cultivo de referencia en cuanto a la tolerancia a la salinidad que prefiere
climas más cálidos que el trigo y suelos más secos. De hecho es considerado uno
de los cultivos más tolerantes a la salinidad (Maas y Hoffman, 1977), Precisamente
la salinización es uno de los mayores problemas mundiales actuales de los
suelos de clima seco. En este sentido
hay estudios que podrán ver en la red, que pronostican un aumento del cultivo
de cebada en España como alternativa a otros actuales por esta tolerancia a la
salinidad, una cualidad que además se
está mejorando genéticamente.
Referencias:
Wei Xie, Wei Xiong, Jie Pan, y
otros en Nature Plants volume 4, pages 964–973 (2018)
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