viernes, 14 de junio de 2019

EL ÁRBOL EN LA CIUDAD. (Segunda parte)



            Continuamos tratando la importancia del  árbol como elemento principal de nuestros espacios verdes urbanos. Salvo aquellos diseños muy formalistas y rígidos, en la que el árbol cumple un papel de elemento arquitectónico  o no hay árboles, el pensamiento del proyectista se imagina una zona ajardinada muy distinta de la que se presenta acabada las obras. Esta es la característica singular de una obra viva, que requiere de formación por unas manos distintas a la que la concibieron, solamente ellas pueden conducir al ambiente ideado de formas, colores y el resto del mundo sensorial que envuelve a estas creaciones.   

Frecuentemente vemos un concepto pobre en el diseño de los parques públicos, pero unas plantas mal cuidadas  desmerecen cualquier otra consideración estética. Duele ver como frecuentemente el arbolado público urbano presenta un estado tan deplorable que hiere a la sensibilidad: mutilados, moribundos, desubicados…

Por ello creo que finalmente no es tan importante el contar con buenos expertos paisajistas como disponer de cuidadosos y atentos jardineros. Que tirando por elevación, no son más que lo que pide el ciudadano, tan poco exigente según parece ser por estos lares.

            Pasemos a tratar tres asuntos: el uso de especies agresivas, las palmeras y las praderas.

Especies agresivas

            Ya está bien que el arbolado cumpla su función aunque esté abandonado, lo que no debería de ocurrir es que el arbolado nos cause molestias por su mala elección o ubicación.

Un ejemplo obvio son las plantas que causan alergia a una parte importante de la población, también aquellas que por su mala ubicación causan molestias por ser lloronas o pinchudas. De esta última tenemos a la singular Parkinsonia aculeata, arbolillo emparentado con las acacias,  llorón y de aguzadas espinas, frecuentemente mal colocados junto a zonas de paso.

Una breve lista no exhaustiva de problemáticas a este respecto son las siguientes:

Obstáculo: Algunos árboles, arbustos, palmeras y macetones ocupan la vía pública creando dificultad de tránsito, desde una tronco ocupando una calle estrecha a ramas bajas, lloronas o pinchudas. Por tanto la casuística es variada desde especies inapropiadas para una acera como la Parkinsonia o un sauce llorón; de tamaño inadecuado por que tiene ramas bajas o elementos agresivos como las hojas de una palmera datilera de pequeño tamaño; defectuosas como las que tienen un tronco muy inclinado; también los alcorques que crean un desnivel o escalón peligroso o el levantamiento de las baldosas por las raíces causando riesgos de tropiezos y caídas. Ni que decir tiene que debe de haber una especial sensibilidad por esta problemática pensando en personas discapacitadas o los carritos de bebé, sin embargo qué frecuente es ver como el ayuntamiento se preocupó de crear rampas para facilitar el acceso a la acera, mientras que deja un inaccesible bordillo exageradamente alto y elementos que impiden el tránsito por la estrecha acera. Puedo decir que en los últimos años se han subsanado algunos de los casos más exagerados que conocía.
A veces se colocan árboles de gran copa como plátanos o ficus que no pueden desarrollarse por falta de espacio y requieren de podas frecuentes para contener el crecimiento y pueden levantar las baldosas del pavimento. Resulta más apropiado usar árboles de copa pequeña como los aligustres o naranjos. Frecuentemente se ve un árbol  mutilado una y otra vez para mantenerse pequeño, cuando hubiese sido más fácil poner un árbol de menor desarrollo.





Palmeras  pequeñas en una calle peatonal. Sus hojas pinchudas son una molestia.


Parquinsonia,  detalle de las espinas.






Suciedad: La función estética desmejora si los jardines se encuentran sucios. Resulta curioso que la mayor parte de la atención de jardineros se ocupe en la eliminación de las malas hierbas mientras que no se hace lo mismo con distintos elementos que ensucian. En estos caso se usa frecuentemente el herbicida, una acción dañina ambientalmente, peligrosa para el ciudadano ( el glifosato, es cancerígeno) e inútil desde un punto de vista estético pues lo único que se consigue es el cambio de color del verde por el marrón. La primera suciedad que deberíamos evitar son los excrementos de perro, sin embargo muchos parterres parecen ser verdaderas letrinas como la siguiente calle de Almería, es particularmente desagradable porque el desnivel hace que el observador tienda a la altura de su cara los excrementos. Algunas especies pueden provocar suciedad como la diseminación de los chopos, envuelta en una especie de algodón   pegajosa y que mancha el suelo

La floración del chopo deja el pavimento cubierto por un algodón pegajoso.



Otras veces es la caída de hojas como ocurre actualmente con los plátanos de sombra afectados generalmente por la antracnosis producido por el hongo Gnomonia veneta. Resulta más evidente si bajo estos árboles hay un césped, de igual modo si el césped se encuentra a la salida de un colegio por la cantidad de envoltorios de golosinas o paquetes de chucherías  que suelen dejar los niños.




Las fotos (arriba) son de la Plaza Pilar del Pulgar entre la Biblioteca, Casa de Cultura y Colegio Hermanos Pinzón en Palos de la Frontera. Mantener este césped se ve dificultado por los pequeños
tramos y la suciedad de las hojas caídas durante todo el verano por los plátanos enfermos y la basura de los envoltorios de chucherías por el gran  tránsito de niños.
Algunas plagas de insectos chupadores como pulgones y cochinillas segregan melaza que además de alimentar a las hormigas suponen una suciedad para el pavimento y hojas, especialmente visible cuando estas se cubren hongos dándole un aspecto de hollín ( fumagina). Esto se soluciona con el tratamiento temprano de la plaga. En Huelva hay muchas jacarandas en avenidas que alegran la primavera con su floración azul, precisamente coincide con el ataque de pulgones que hacen que muchos onubenses en lugar de disfrutar del evento se quejen por estos árboles.


Los pinos y especialmente algunos como P. halepensis desprenden resina, no es la mejor idea colocarlos como árbol de sombra en aparcamientos.
Esta avenida es colindante con el campus y tiene pinos para sombra en la acera con aparcamientos. Ya me encontré este mismo caso en un aparcamiento público junto al Pabellón de los Descubrimientos en la Expo, en donde ahora está la mole de la Torre Sevilla. El problema es que son  pinos carrascos (mayormente, hay algún piñonero) y con el calor del verano suelen llorar resina. Ahora que lo saben ¿Pondrían su coche nuevo bajo ellos?
 
Excrementos de perro  en una calle de Almería. La altura del ajardinamiento lo hace especialmente desagradable.

Problemas para la salud:
Alergia:Deberíamos evitar el uso en las calles de especies que causan alergias a buena parte de la población como el plátano de sombra (Platanus x hispanica), el olivo (Olea europaea) y el ciprés arizónica (Cupressus arizonica).
Un caso particular es el de la procesionaria del pino. Salvar este evento muy peligroso para niños sensibles y perros, es sencillo si se previene con tratamientos al árbol en otoño, cuando ya han eclosionado las orugas pero no son molestas ni visibles. Incluso se pueden hacer inyecciones en el tronco con el insecticida. Sin embargo, lo más frecuente es que no se muestra atención al problema hasta que las orugas comienzan a caminar en procesión, entonces suele ser tarde e inútil el tratamiento pues tras bajar del árbol se entierran para pupar.


Foto pinos en Huelva. Estos pinos carrascos tuvieron un ataque el año anterior a este, entonces fue de baja intensidad. No se trató o si se hizo no fue adecuado -por tardio-, de tal forma que al año siguiente el ataque fue tan fuerte que acabó con algunos árboles. Lo peor no es la pérdida de estos pinos sino que se expuso a muchos ciudadanos y sus mascotas a un problema sanitario serio, incluso para aquellos que no fueron a visitar este parque, y simplemente pasean por la Avenida Julio Caro Baroja a donde sombreaban algunos de estos árboles.

Sin llegar a ser peligrosa, los frutos de la Lagunaria patersonii tienen vellos irritantes por lo que es llamada "pica-pica"


Venenosas.  Podría haber pasado esto por alto pues es posible que en este caso exageremos como en este artículo de un diario de Málaga,

Estamos rodeados de plantas tóxicas y algunas muy venenosas, pero están por doquier en nuestros campos como la higuera o el durillo (Viburnum tinus)  y estas pueden estar en jardines frecuentemente como la adelfa en el sur o el acebo y el tejo en el norte, también hay plantas como el beleño (Hyoscyanus albus) o el pepinillo del diablo (Ecballium elaterium) que crecen en cualquier sitio abandonado de zonas rurales, incluidas calles. Otras se encuentran igualmente en parques  como la hiedra o el ricino, esta última una de las plantas más venenosas que existen. Pueden darse casos de intoxicaciones de niños o mascotas, pero si no fuesen anecdóticas todos sabríamos de ello, por lo que entiendo que no es para preocuparse. Además, dejamos más expuestos a nuestros hijos y mascotas a plantas de interior, en general muy tóxicas, como cintas, pelistras o directamente venenosas como la bonita Dieffenbachia.


Accidentes. Lo ya comentado para los grandes árboles como ficus, o los mismo plátanos de sombra, el riesgo de pudrición de ramas o tronco con roturas o caídas por el gran porte. En todo caso un árbol problemático es aquel mal podado que generará en el futuro  peligrosos  puntos de rotura de ramas.


No tiene sentido un ficus o ombú (Phytolacca dioica) en donde no haya espacio suficiente para retener el gran desarrollo de las raíces. 


 El álamo y el chopo se usa muchas veces por ser árboles baratos y de rápido crecimiento. En este caso vemos una plantación de álamos blancos levantando la acera. Este problema se encuentra en toda la avenida, no solo daña al árbol y al mobiliario público, resulta un riesgo de tropiezo y posterior caída para el peatón.

Estas especies de ventajoso crecimiento rápido son una mala inversión a largo plazo por su vida corta. Sería mejor poner especies longevas que ganan con el tiempo en belleza y que sean resistentes a las plagas y tengan poco mantenimiento.



Palmeras y más palmeras. Hace un par de décadas hubo un gran moda con las palmeras, y los ayuntamientos pusieron en avenidas gran cantidad de estas plantas. El sur es un territorio adecuado para estas plantas, que sin embargo siguen desaprovechando su variedad, pues generalmente se usan las tradicionales.  En algunas ocasiones no se tuvo en cuenta el mantenimiento, de tal forma que se hicieron cargo los jardineros sin formación al respecto, desgraciando a muchas. (fotos) . Las palmeras son plantas que requieren escaso mantenimiento, ideales en zonas muy expuestas a vientos salinos que no requieren de ampliación del alcorque ni levantan el pavimento. Pero requieren de  personal formado para su correcta poda, con herramientas especiales y, en algunos casos encarece mucho  su mantenimiento por la altura de la poda ( uso de grúa).  La burbuja de las palmeras se pinchó con el picudo rojo, una plaga que atacó especialmente a la palmera canaria (Phoenix canariensis) acabando con algunas plantaciones lineales de esta palmera autóctona española, una de las mas bellas.
Los errores más comunes que me he encontrado con las palmeras  son los siguientes:
Estipes (tronco) feos. Durante la fiebre palmeril se trajeron palmeras del norte de áfrica a precio bajo, en realidad no eran una ganga, eran un desastre. Estas palmera habían permanecido semienterradas por dunas, con lo que tenían desarrollo de raíces a varios metros por encima de su base, que en lugar de estar bien definida aparecía como un engrosamiento formado por las raíces. Esta monstruosidad no se arregla como puede ocurrir con un defecto en el tronco en un árbol joven, como tampoco los defectos de poda tan corrientes en palmeras de este tipo, produciendo grotescos estrechamientos en el fuste o estipe.


Palmeras aduana Málaga. Un uso acertado de Washingtonia robusta, con sus finos y largos estipes, no ocultan la bella fachada y  dan una aire tropical al monumento. Enfrente, el Parque de la Alameda contiene una de las colecciones más ricas en especies de palmeras de Europa fuera de los jardines botánicos.

Algunas veces se colocan palmeras  de alto fuste (washingtonia típicamente) en lugares en los que no pueden apreciarse por faltar la perspectiva.

Otras veces se colocan pequeñas palmeras que entorpecen al viandante, incluso en maceteros, e incluso la datilera con espinas largas y fuertes muy peligrosas.


Defectos en palmeras datileras por mala calidad de la planta (enterrada en origen) y mala poda.


Césped y praderas. Junto con la fiebre de la palmera llegó la del césped.  El abuso de estos herbazales no se justifica en un clima tan seco como el del sur, pero más allá del consumo de agua mantener un césped no es tan sencillo.  Por eso da pena ver muchos malos céspedes, porque no pueden ser bien mantenidos dada la dificultad para el recorte como los ubicados en borduras, formas redondeadas etc.,  que obligan a cortarlo a mano ( con motodesbrozadora); igualmente por la necesaria atención continuada de abonado y tratamientos, por no decir de preservar, pues todo esfuerzo para mantenerlo como el green de un campo de golf se puede ir al traste cuando la gente los pisa para recortar o los canes lo usan como letrina.
 
La forma de duna de este césped dificulta su mantenimiento. Paseo de la Ría en Huelva.
También el relieve, pues a veces se siembra la pradera en taludes con fuerte pendiente y la colocación de árboles o arbustos ha de hacerse con cuidado para que no dificulte el segado, y evitando aquellos que producen mucha suciedad. Por ejemplo los plátanos de sombra no dejan de tirar hoja durante el verano.

Praderas. La alternativa al césped es la pradera, entendiendo que mientras el césped no se puede pisar y  puede ser de reducida dimensiones, la pradera se mantiene para su uso en grandes superficies con un mantenimiento más extensivo. El arbolado puede dificultar mucho la siega de estas praderas, sin embargo resulta adecuado el formar islas con arbolado y setos de arbustos que requieren de escaso mantenimiento y no tienen cepedes pues quedan cubiertas por estos leñosos.

Pradera en el Parador de Mazagón.

La  rocalla crea un ambiente más natural en la pradera y sirve para colocar elementos vegetales leñosos.

Si mantener céspedes bastos, manchados de excrementos y  quemados por la orina de los perros resulta un horror, lo es más si el mantenimiento es muy complicado debido a su forma recortada o con gran inclinación. Tampoco resulta adecuado mantener praderas si no son los suficiente grandes para un matenimiento mecanizado (segadora) sin necesidad de tener que repasar con motodesbrozadora los recovecos formado por lugares inaccesibles a la máquina

En el sur suele usarse la grama, como alternativa entre césped y pradera que no da la talla para el primer uso y no debe utilizarse para el segundo, ya que no es encespedante, es una planta rastrera peligrosa para actividades deportivas por el riesgo de enganchones con el calzado. Por ello se puso de moda el kikuyu, que es una planta bastante rustica que se siembra y puede mantenerse con facilidad.





domingo, 5 de mayo de 2019

EL ÁRBOL EN LA CIUDAD


Se puede leer el paisaje y el buen observador lee también en los árboles, esto es  válido tanto en el campo como en las áreas urbanas. En origen, el arbolado urbano aparece de forma espontánea como una extensión del área rural; no obstante, el arbolado con su sombra, forma y color puede ser superfluo dentro del modelo urbano actual cuando el bienestar nos lo proporciona la tecnología; así, para nuestra sociedad en la que impera la perspectiva utilitaria de la naturaleza, el ser vivo -árbol- acaba no siendo más que otro elemento del mobiliario urbano. No podemos  dejar que esto ocurra, como ya lo he comentado en otra entrada,  los espacios verdes están ligados a la educación en valores ambientales y cívicos fundamentales; y cuando esto falla, es un proceso que se retroalimenta de la escasa sensibilidad que tenemos hacía estas áreas verdes y especialmente a estos seres vivos.

Parque Moret en Huelva

            El medio urbano es hostil para un ser vivo adaptado a la constancia y cambios estaciónales predecibles, el árbol en la ciudad está abocado a una vida corta. Aún así es posible gestionar  bien el arbolado urbano, pudiendo ser elementos constantes en un mundo urbano cambiante, alcanzando edades considerables, convirtiéndose así en una valiosa enseñanza social que se transmite entre generaciones dentro de un modelo de convivencia. Cuando esto ocurre, el árbol se convierte en un símbolo de respeto a la vida y al bien común o público; incluso puede llegar a ser un símbolo en la  historia de un pueblo, hasta convertirse en un Tótem como el árbol de Guernica.

Un ejemplar milenario de cerezo de Japón (Fuente: Nippon.com). Observen los apoyos de las ramas. 
           En las próximas líneas voy a mostrarles algunos detalles de la mala planificación y mantenimiento del arbolado. No voy a ir muy lejos a buscar ejemplos, estos errores son comunes, esta mala jardinería es extensible a cualquier localidad del sur.  Remarco que el estado del arbolado no forma parte sin más del paisaje urbano, como un efecto climático, es una consecuencia muy significativa de los valores de una sociedad,  pongan a prueba mi planteamiento cuando viajen.

            Separadamente, los errores que les presentó no tienen gran importancia, es la reiteración que transmite una desagradable sensación; justo lo contrario que lo que se pretende, que es dar bienestar al hábitat urbano.

            No pretendo ser exhaustivo, realizaré una especial crítica a los errores más difíciles de corregir que derivan de una mala planificación y elección de la especie. También  mostraré los debidos a deficiencias en el mantenimiento y especialmente los derivados de la poda.




            Es muy frecuente encontrar árboles mal podados, con un defecto común de podas forzadas y desatentas.
            Pensemos en ejemplares jóvenes que están formando su copa, lo que se hace es eliminar algunas de las ramas de la cruz que estorban a criterio del podador.  Frecuentemente esta corta se hace tarde, por lo que el corte va  a tener grandes dimensiones, junto a un mal ajuste al tronco va a producir defectos futuros como  formación de feos engrosamientos por crecimientos de brotes adventicios o que el callo de cicatrización no llegue a cerrar y se produzca una pudrición del tronco. Al menos esta poda genera una  peligro de rotura por la discontinuidad  mecánica que produce, un problema que después de divulgarse el CODIT del profesor Shigo  y recientes casos de accidentes por caídas de ramas no deja de mencionarse por expertos; sin embargo, la realidad es bien distinta pues parece que los que deberían de comprender este asunto -los jardineros- siguen practicando las podas con criterios erróneos.


            En las podas excesivas se encuentran gran cantidad de los males del arbolado. La ya comentada brotación de yemas durmientes, que aparecen muchos años tras el corte, tendrá una inserción más superficial y por tanto menos sólida que la inserción de una rama nacida al mismo tiempo que su rama portadora,  si ésta nueva rama se ancla sobre tejido en pudrición, se incrementa  notablemente el riesgo de rotura.

Rama insertada en un corte.

            En todo caso la poda excesiva produce un desequilibrio en el árbol con reacciones alarmantes que muchas veces se confunden con un exceso de vigor, cuando es una puesta en marcha de las reservas que puede debilitar al árbol y hacerlo susceptibles de todo tipo de daños. Lo más típico es la activación de brotes epicórmicos en tronco que, a pesar de no contar con la debilidad de la discontinuidad de la compartimentación (corte)  pueden generarse sin solape de fibras  y por tanto, con anclaje débil. Estos brotes - por  las reiteraciones podas posteriores para eliminarlos- pueden producir engrosamientos antiestéticos.
           
            Los cortes, que el árbol no puede cerrar en una temporada son frecuentemente atacados por hongos  que pueden pudrir en principio la madera muerta o tal vez atacar la parte viva del árbol formando cancros. Debilitando y tal vez produciendo la caída de ramas o el mismo árbol.




            Especial atención merece la regresión de la copa. Este es un síntoma completamente natural de la vejez que termina con el total decaimiento y muerte. Ahora bien, en situaciones de estrés se dan estos síntomas en árboles jóvenes, en los que hay que actuar si se identifica la causa, pues puede ser  reversible; además, así se evita el riesgo de rotura y accidentes asociados. Para evitar graves desastres los jardineros deben de saber identificar prontamente los síntomas y causas más importantes, pues en los árboles los más graves síntomas pueden diferir hasta varios años después de las causas, dado que el árbol sobrevive gracias a las reservas.

En cuanto a la cualificación necesaria para podar, distinguiría 3 niveles de menor a mayor formación técnica y dedicación:

1º Poda básica.  Todos los jardineros deberían de llegar a este nivel.  Se trata de  conocer  básicamente que ramas cortar para formar la estructura del árbol y realizar los cortes de la forma adecuada.  No voy a entrar en los detalles de cómo debe de hacerse (lo verán fácilmente en la red)  especialmente la forma correcta de cortar las ramas.  La intensidad y grosor de las ramas viene desgraciadamente determinado muchas veces por el escaso tiempo que se dedica al mantenimiento del arbolado y ello lleva  a hacer demasiado a  la vez: cortes grandes  y afectando a demasiado verde.

2º Poda  ajustada. La diferencia entre el nivel anterior y este no es tanto el conocimiento de las técnicas, sino el tiempo necesario. En realidad la poda anterior solo afecta a la estructura del árbol para árboles jóvenes, luego las podas son de mantenimiento. Estas podas deben ser continuadas en el tiempo (cada año)  básicamente es  una limpieza y selección de las ramas que estorban. Esta labor consigue mejorar el aspecto estético del árbol, pero igualmente su estado de salud.

3º Poda excelente. La excelencia no es algo que  deba perseguirse en la jardinería pública, resultaría excesivo. Sin embargo, la atención continuada sobre el arbolado a este respecto no supone unos costes muy elevados en  cuanto horas de trabajo si se compara con el tiempo que se dedica muchas veces a cortar y mantener setos y céspedes que no cumplen una función tan importante. No es tanto una cuestión de costes como de prioridades, en Versalles se cortan setos con una guía láser, en algunos jardines se recortan formas complicadas en los setos de boj. Todo esto es algo que excede a lo que venimos aquí a traer, que es simplemente tener árboles sanos y bonitos. Debe de tenerse en cuenta que un árbol joven puede desgraciarse por una mala poda, pero árboles viejos bien formados, bellos y venerables requieren de una atención especial  pues tienen sus achaques, y el jardinero debe de tratarlos con esmero, en eso que algunos llaman "cirugía arbórea".

         
Poda drástica en ficus junto a la entrada de urgencias del Hospital

   Quiero ahora dejar una reflexión sobre estos grandes árboles.  Hace unos pocos años se dieron algunos casos de accidentes por caída de árboles o ramas de gran tamaño, en particular ocurrió con algún gran ficus, por ser estos ejemplares algunos de los árboles de mayores dimensiones del medio urbano. Como si fuese algo novedoso, se extendió el miedo a la rotura, especialmente del Ficus macrophylla de tronco con grandes contrafuertes y raíces adventicias (columnares que salen de las ramas). En primer lugar los accidentes más graves se han debido a la pudrición del tronco, por lo que una inspección podría haber evitado el accidente. Por otro lado este ficus pertenece al grupo de las llamadas "higueras estranguladoras", árboles que crecen frecuentemente en su medio natural sobre otros y alcanzan el suelo gracias a la emisión de raíces aéreas, las mismas  que aseguran el apoyo de las grandes ramas horizontales; por tanto, o se permite la formación de estas o las gruesas ramas  horizontales pueden quedar faltas de apoyo. En definitiva, veo como se han realizado podas como medida preventivas de accidentes, precisamente por la falta de de previsión en el uso y mantenimiento de esta especie; pues un adecuado manejo evitaría -dentro de lo razonable- los riesgos. Las actuales medidas no son en absoluto adecuadas dentro de la jardinería urbana, al contrario,  estas podas preventivas serán seguro la semilla para problemas futuros, de pudrición y rotura, por lo demás, siento decir que estos árboles no volverán a ser los gigantes majestuosos que fueron.



Estos ficus del Paseo de Andalucía de Vélez-Málaga (son 4 en total) presentan desde hace años un decaimiento.

A la entrada podemos ver dos árboles que antes cubrían todo el espacio, ahora enfermos  con la copa clareada , especialmente el árbol de al izquierda.



Este árbol está muy enfermo, antes tenía un porte parecido al anterior. Pueden ver un enrome corte, imaginen si esa rama hubiese caído.

          Ahora, demos un paseo por el ajardinamiento urbano más cercano.
            Como ocurrió en su día en la Isla de la Cartuja en la Expo de Sevilla o hace poco en el Campus del Carmen de  la Universidad de Huelva resulta demasiado frecuente ver como la plantación de árboles en nuestra ciudad se ha realizado sin criterio, la distribución del arbolado con respecto al espacio y los elementos circundantes es desafortunada -por no decir otra cosa-. Igualmente la elección de la especie, como si se hubiese traído del vivero lo primero que se encontró.

Me acerco al Campus del Carmen y comenzamos analizando esta pequeña parcela. Es una muestra de todas las que hay por aquí.


            En una primera impresión vemos en esta parcela triangular más de una decena de jóvenes árboles en no muy bien estado que alcanzarían portes naturales muy diferentes. La primera crítica es que se han plantado demasiados árboles y su distribución es confusa, la siguiente es el escaso mantenimiento. En relación con este aspecto tan común, la presencia de césped que aparentemente lo llena todo, siendo precisos es un herbazal, que tiene poca utilidad en una parcelita como esta, pues no llega a ser una pradera.
            Esta es mi primera crítica, tantos herbazales por doquier en ajardinamientos públicos que tienen la contradicción de un mantenimiento continuado aunque solo sea por su corta;  tiempo de trabajos que, sin embargo, se resta al arbolado. La paradoja es que se mantiene un herbazal que tiene como única virtud evitar la aparición de hierba,  pues no veo otra, ya que  no puede disfrutarse como césped pues no lo es, ni como pradera pues no es un espacio para hacer deporte o tumbarse al sol. Algunos dirán que en el árido sur se agradece ver verde, pero ¿no sería mejor que fuesen los árboles los que cubrieran con su sombra este espacio? Además, hay otras alternativas más adecuadas en nuestro clima, menos exigentes en riegos y mantenimientos como macizos de arbustos o matas, ya sean la típicas aromáticas  mediterráneas (lavandas, romeros, santolina, mirtos, teucrium fruticans, Phlomis sp, etc.) y arbustos mediterráneos formados por poda como madroño, Atriplex halimus, lentisco o Lonicera implexa; similares de follaje bonito como juniperus rastreros o floración vistosa como gazania, Plumbago capensis, argyranthemum, Felicia amelloides,  pelargonium, geranium, Drosanthemum etc. Tambien formando rocallas  como las adenium, sedum, sempervivum,  chamaerops, aloe, yucca, Phormium tenax, Cordyline australis, Dasylirion serratifolium, Phoenix roebelenii, Portulacaria afra, Echeveria, Echium candicans,  Strelitzia reginae, cactaceas y un largo etcétera.

            Vayamos al arbolado.  El árbol dominante o principal  por estar más centrado es un tilo (T) que se encuentra entre dos arces negundos extremos (NA)  y un fresno (F) junto a las adelfas (A).  Estos 4 árboles tendrán portes, tamaños  y cumplirán finalidades similares, son caducos de  copa amplia adecuados como árbol de sombra, especialmente el tilo.

El resto de la plantación está en disonancia, haya  un falso pimentero (FP) a la derecha que invade con sus ramas lloronas la acera y  unos cuantos brachichitos (B) que no conjugan bien con los caducos  por  falta de espacio pues requieren mucha luz y su  porte alto  piramidal contrasta de mala manera con los caducos. También hay en el centro unos brotes de Hibiscus .
Este ajardinamiento  parece reciente,  la planta no parece de mucha calidad, quizá estuviese mucho tiempo en contenedor a juzgar por el engrosamiento del cuello de la raíz. Desde entonces no han tenido una poda esmerada, puede verse en el arce en primer plano como hay un feo engrosamiento producido por callos de cicatrización grandes.
Las plantas menos exigentes de humedad parecen estar sufriendo mucho, tal vez por exceso de compactación del suelo, los brachichitos y el falso pimentero están en un lamentable estado.



Ahora vemos el conjunto desde una perspectiva opuesta a la anterior. El arce en primer plano como los otros dos que se encuentran en la parcela de la derecha muestran la deficiente  poda. Desde esta perspectiva el fresno parece más centrado, pero como vimos está  pegado a las adelfas por lo que carece de espacio suficiente.




Los falsos pimenteros junto a la acera dificultarán el caminar de los peatones al ser árboles llorones



Este falso pimentero tiene un porte de sombrilla por la eliminación de las ramillas por debajo como  sucede cuando los animales se ramonean por animales  intensamente, como  los árboles de la sabana, de lo contrario sus ramas suelen llegar casi al suelo y pueden resultar molestas junto a una zona de paso. El grupo de yucas resaltaría más si estuviesen pegadas, aun más con un elemento adicional para formar una rocalla y de esa forma se evita la dificultad de  tener que recortar el césped entre los pies. Lo mismo se puede decir de los aparentes  arbustos de la izquierda que no dicen nada  separados  sobre el césped y dificultan la corta. En realidad se tratan de dos naranjos y un fresno, que no casan bien por la diferencia de porte y necesidad de espacio del segundo.



Ahora apreciamos los pequeños naranjos y el fresno, el primero de los cítricos está sombreado por el falso pimentero, el segundo por el arce. La sombra es incompatible con estos árboles.
Observen los dos arces.  No se les  está formando  debidamente, y algunos brotes chupones salen a una altura baja en donde no pueden formarse ramas  pues obviamente el fuste de estos árboles debe subirse más. Algún año se cortarán estos brotes con un grosor tan grande que ocasionara al árbol gran perturbación y problemas posteriores no solamente estéticos.

En Huelva el arce negundo no se da tan mal como aquí se presenta. En esta imagen se observan unos cuantos arbolillos. El primero a la izquierda tenía como el que está junto a la farola una horquilla muy baja para mantenerse como cruz, no ha habido igual criterio, al primero se le ha eliminado un brazo mientras que el segundo se ha recortado dejando un feo "tirachinas". El árbol entre estos está como se aprecia con la madera expuesta y lamentable estado. El más grueso al fondo tiene la salida opuesta de las ramas formando un poco estético tridente que no se conservará pues es una salida para la copa muy baja.  En la base  hay un engrosamiento  formado por  chupones, la brotación en el tronco puede responder a un exceso de poda,  pero si no se cortan convenientemente  vuelve a brotar de la misma zona y se forman estas antiestéticas formas.

Este sauce tiene una gran rama patente -casi horizontal-  debería haberse evitado su desarrollo, y  algunas rotas en la parte  superior de la copa que pueden llevar allí mucho tiempo.   La estructura del árbol  es fea a consecuencia de la falta de buena distribución de las ramas a la salida del tronco, incuso tiene un feo engrosamiento en la salida de la rama primaria derecha debido a un enorme callo de cicatrización antiguo por un exceso de poda.



Nuevamente encontramos escasa coherencia entre estos árboles, brachichitos, ciprés, paraiso (Melia azedarach)... incluso una pequeña palmera datilera que puede resultar molesta con sus hojas pinchudas.



La inclinación de estos naranjos produce  una angustiosa sensación de desequilibrio.
Nuevamente desequilibrio.




Un hierro torcido parece poder agredirnos en la acera justo detrás de la papelera rota.
En realidad se trata de un cartel que nos informa que el graffiti de la fachada es la diosa Atenea (diosa de la sabiduría).  El cartel no se realizó para que se viese de perfil, pero esta visión es la normal del paseante y debería de ser tenida en cuenta. A veces ciertos detalles también pueden causar agresión.

El ajardinamiento que vemos es muy simple, una pradera. Los céspedes son muy difíciles de mantener en el sur y requieren de  preservación pues el pisoteo o las deyecciones de los perros lo arruinan,  por eso ha de entenderse que espacios como éste tienen la función de poder pisarse, pero el hecho en si tiene que tener sentido pues el recortar esta pradera y el agua que requiere no puede ser simplemente para que se pise. Esta pradera no atrae al disfrute de tumbarse o jugar, por lo que no tiene mucho sentido, quizás lo que le falte sea algo de sombra para esta latitud tan cálida y recogimiento a falta de más espacio, demasiado cerca de edificios, aceras o coches.



Esta fabiola (Ficus elastica) ha sufrido una poda excesiva, nuevamente por hacerse tarde. Estos últimos parecen haber entrado junto al ficus y destrozado la hierba, quizás los jardineros para retirar los restos de la poda.



 Algunos árboles son elegidos por su rápido crecimiento, esto puede ser favorable  en principio luego viene la falta de espacio y corta vida del arbolado. En este caso se plantaron en sus alcorques álamos blancos y ahora levantan el pavimento.





Un olmo en la acera

Un arce negundo



 Otra problemática del álamo, es incompatible con la pradera.


Estas catalpas acaban de ser podadas. Los trozos que quedan de las ramas emitirán nuevos brotes que tendrán una salida en un punto de ruptura de las fibras, una zona de debilidad mecánica. Se debería haber ajustado al tronco estos cortes y haberse realizado antes que las ramas adquirieran tanto grosor.


Estos olmos se plantaron demasiado cerca de la acera.


El alcorque se quedó pequeño. El olmo del primer plano tiene una feas brotaciones epicórmicas. Ya se ha explicado por qué ocurre esto y sus consecuencias,  Primero se cortó un rama gruesa a la que se le dejó un trozo, ahora brotan estos chupones que formarán un engrosamiento feo. Si una de estas ramas se dejara crecer y engordar tendríamos en el futuro un riesgo de rotura grave, si no es que se pudre el tronco y entonces el riesgo de rotura es del árbol entero. Todo por no cortar debidamente una rama.



 En la copa de este olmo se ha puesto una caja nido adecuada para pequeñas aves insectívoras como el carbonero o herrerillo.  Advertirán que el lugar no parece el más adecuado,  salvo que su función sea mostrarlo.


Caja nido, destinada a  los pájaros o  para ser observada.  Otro "buzón" nido en la misma acera





Naranjo amargo.  Este árbol está en muy mal estado y las ramas que naturalmente  tienen más vigor, las que cerca del ápice de la copa suben hacia arriba, han sido cortadas. Si el árbol tuviese suficiente vigor brotaría con chupones, que luego se cortarían tardíamente  y debilitarían al árbol,  en caso que el árbol no responda así significará que  está en las últimas. En la siguiente foto se pueden ver como no es el único, nos queda la duda de que haya secado las puntas, entonces los árboles tendría un grave problema sanitario. Lo más probable sea una combinación de abandono y malas prácticas, no se observa riego automatizado y  probablemente el suelo arcilloso del lugar esté muy compactado.




Una acera que nos obliga a saltar.



Salimos del campus a los alrededores.


Una calle de Huelva problemática para el peatón.  La acera es ancha y sin embargo no hay casi espacio para circular.


Malas podas en las palmeras han deformado su fuste.


 Especialmente fea la  rama en primer plano de esta tipuana, que sale hacía un lado y se cruza por delante del tronco hacia el lado contrario.   El peso de esta rama con esta salida la hace candidata a desgajarse algún día.

¿Una forma interesante u horrible?

La tipuanas deben  de podarse anualmente pues sus ramas pueden alargarse mucho e ir en cualquier dirección.  Estas con forma inusualmente retorcidas  debido a podas realizadas sin criterio.


A diferencia de las tipuanas, los almeces de forma natural  tiene una copa muy ordenada. Por esto no se entiende la poda de este ejemplar. Demasiado tarde fue cuando se pensó que a este almez le sobraban tantas ramas.  Ahora parecerá más que  nunca una pata de elefante.


Paseo con tipuanas en la Avenida de Andalucía  con la conocida poda retorcida.  No se buscó una finalidad estética pero cuando el árbol ya crecido cumple su función puede que estas formas resulten interesantes para el paseante.






Ya para terminar una foto del ajardinamiento de  la Avenida, sencillo y correcto.




PERSPECTIVAS DE UN CAMBIO CLIMÁTICO SOCIAL

  El científico no puede creer en verdades absolutas y ha de mostrarse escéptico ante la “verdad” socialmente admitida.   En palabras de Vol...