El Tinto ha pasado de ser conocido como uno de los ríos más contaminados por la minería del mundo a una referencia de las condiciones originarias de la vida en la primitiva Tierra y por extensión del planeta Marte. Sin embargo, sus paisajes naturales siguen siendo extraordinarios.
Su característico color tiene su origen en la actividad de primitivos organismos conocidos como extremófilos (literalmente amantes de las condiciones extremas) que oxidan los minerales (originalmente sulfuros) y con ello acidifican las aguas. Este proceso natural requiere obviamente de la exposición de la pirita, calcopirita, galena o blenda a la aireación. Al llegar la gran explotación con la modernización industrial del siglo XIX, se produjo la extracción y acopio en superficie de cantidades jamás antes vistas, produciéndose un incremento del proceso contaminante que actualmente está presente y llamamos drenaje de la minas.
El Río Tinto dio nombre a la localidad famosa por minas como la Corta Atalaya; aunque el complejo minero abarca tres localidades en apenas 6 km: El Campillo, Minas de Río Tinto y Nerva. En la última se encuentra la Mina de la Peña de Hierro en donde un cartel indica el nacimiento del río ya con el característico color rojo; aunque, como veremos, se trata de un afluente más del río que desemboca en confluencia con el Odiel en el sitio histórico de La Rábida.
La Corta Atalaya |
La ría del Tinto junto a la fábrica de ENCE |
La cartografía oficial comienza a denominarlo Río Tinto a partir de que pasa junto a la localidad de Nerva atravesando una de las zonas más impactadas por la minería de todo el complejo debido a la contaminación por la quema de los sulfuros. Aguas arriba recibe dos tributarios con nombres distintos ( Barranco del Romeral y Peña del Hierro) que pasan junto a la mina Peña del Hierro y nacen en las faldas de la Sierra de San Cristóbal a solamente unos 4 km del pueblo.
El Tinto atravesando la zona minera junto a Nerva. |
Indicación del nacimiento del Tinto |
Mina Peña de Hierro |
Detalle de la mina Peña de Hierro |
Ahora, si seguimos hacia el norte hasta el cambio de vertiente, en la umbría, y aún más allá, se encuentra la Sierra de Gata y un cauce llamado Rivera de la Adelfilla que pasa junto a la localidad de la Granada de Río Tinto. Estas aguas están a más de 10 km de Nerva y como veremos vierten finalmente al Río Tinto. No obstante son afluentes de la Rivera del Jarrama el principal caudal de la cuenca, que nace aún más lejos casi en el término de Zufre.
Podemos discriminar cual seria el nacimiento en base a dos parámetros, el primero el mayor alejamiento del río y el segundo, el caudal.
Para comprobar el lugar más alejado observemos el punto de unión del Río Tinto con La Rivera del Jarrama, lo encontrarán fácilmente en el plano aguas abajo de la presa.
La longitud desde este punto al nacimiento en la Peña del Hierro indicado con círculos naranjas es de 13 km , se mida el ramal derecho (Barranco del Romeral) o izquierdo (Arroyo Peña Hierro).
Ahora veamos los posibles nacimientos en La Granada del Tinto indicados con círculos rojos. El situado justo al norte del pueblo mide 22 km ; y el situado al este 29 km .
Este último estaría en el límite entre los municipios de Zufre y La Granada.
Por último el punto marcado con circulo verde que se encuentra en Zufre y muy cerca del límite provincial alcanza una longitud de tramo de rivera al punto de referencia de 26 km .
Rivera del Jarrama recoge aguas limpias de una amplia cuenca bastante lluviosa para la presa que abastece los regadíos y consumos urbanos de varias localidades, es por tanto el tributario principal del río que se une en su desembocadura en la ría onubense al Odiel.
Un dato, en la zona de la presa, esta fresca y húmeda primavera de 2018 se ha medido la nada despreciable pluviometría de 950 mm .
En conclusión, parece que el lugar que debería de considerarse nacimiento del Tinto sería la localidad de La Granada del Río Tinto, su nombre resulta apropiado.
Hablando un poco más de La Rivera del Jarrama, en su confluencia con el Tinto y en el tramo a presa linda con la provincia de Sevilla, así como en otros puntos aguas arriba y recoge aguas, además de los municipios onubenses ya mencionados, de los municipios sevillanos del Madroño y Castillo de las Guardas.
Lo que atrae la atención de este río es el color de sus agua, derivado de la contaminación por sulfatos y metales. A pesar de ello hay organismos que viven en este medio extremo y por ello la misma NASA está trabajando en estas aguas para interpretar la vida de planeta rojo.
Aunque resulte extraño, fuera de la coctelera química de sus aguas, la ribera del Tinto alberga espacios de gran valor natural siendo una de las extensiones forestales más grandes de la provincia con un poblamiento muy escaso. Las abundantes lluvias hacen que alberguen alcornocales con durillos, madroño y brezos arbóreos juntos con manchas de quejigo (Q. faginea) que únicamente vuelven a aparecer en la Sierra de Aracena, más al norte. Toda la ribera del Tinto es espacio protegido denominándose Paisaje Protegido del Río Tinto.
Una de las zonas de referencia para contemplar esta maravilla natural está en el llamado Cerro de Salomón, un peñón casi aislado por el río que no tiene camino de acceso. Aquí el río baja en dirección sur encajonado para sorprendentemente hacer una cerrada curva de casi 360º que crea una agreste península horadada por el túnel del ferrocarril minero.
Si subimos al Cerro veremos un contraste de vegetación grande entre la solana cubierta de encinas y la umbría de alcornoque. A pesar de no haber camino de acceso a este lugar, encontramos ruinas de lo que parece ser un aprisco para el ganado, el aislamiento lo salvó de ser repoblado con eucalipto como ocurrió con buena parte del territorio salvo las caídas con fuerte pendiente al río que se conservan con la densa vegetación natural solamente afectada por los fuegos periódicos. Actualmente los montes, al ser públicos, han sido repoblados con alcornoque y pino.
Desgraciadamente, el alcornocal está en franca regresión por el síndrome del decaimiento de las quercineas, más conocido como seca.
foto
En cuanto a la historia, a las orillas Tinto se sucedieron las culturas y pueblos desde, al menos, la Edad del Cobre. El megalitismo europeo se encuentra muy bien representado en toda está zona destacando el complejo de dólmenes del Pozuelo en Zalamea La Real y el Dolmen de Soto en Trigueros.
El segundo ubicado en la zona más verde de la campiña, es el gran dolmen de la provincia perfectamente orientado de tal forma que se ilumina su interior en los equinoccios (no solo las pirámides de Egipto están orientadas). Del entorno ya he hablado en la entrada (poner enlace con montes)
En el Pozuelo se encuentra la mina Chiflón, un pequeño pozo de carbonatos de cobre en un cerro que domina el entorno megalítico. La importancia de esta pequeña mina comienza por ser una de las primeras explotaciones de cobre (IV milenio a C.) de occidente y el hecho de preservarse de la explotación por las civilizaciones que se sucedieron como ocurriría con tantas minas importantes de la Faja Pirítica que incluso acabaron a cielo abierto desmontando el gossan o montera en donde estaban las antiguas galerías romanas y prerromanas.
Vista desde el cerro de Mina Chiflón a alguno de los dólmenes del Pozuelo en Zalamea La Real. Las aguas que aquí caen también vierten al Tinto. |
Trabajos de limpieza en uno de los dólmenes |
Este cerro vierte a la Rivera de Cañamar, afluente de la Rivera Casa de Valverde que se une al Tinto a 2 km aguas arriba del Cerro Salomón. Nuevamente las aguas discurren por un paisaje forestal, tanto que desde la mina contemplamos un horizonte infinito de colinas con pinos y eucaliptos.
La mejor época para la visita es el otoño o invierno gracias sobre todo a la abundancia de madroños pero si fuese un domingo, para no hacer el viaje en balde, es conveniente conocer antes si hay montería.
Quiero llamar la atención que si bien, este río parece haber separado dos zonas, la vertiente derecha poblada y la izquierda casi despoblada. Si trazamos una franja delimitada por una línea que una Valverde del Camino y Aznalcollar, por el sur; con otra entre Minas de Río Tinto y Castillo de las Guardas, por el norte; definimos la parte de la Faja Pirítica en la que aparecen más antiguas minas y vestigios prerromanos. Aquí se encuentra una gran extensión forestal objeto en parte de repoblación con eucalipto, aunque una parte de alcornocal queda en la Pata del Caballo, antiguo Coto Nacional de Caza. Se trata de una zona literalmente agujereada como un queso por minas prerromanas en donde hasta hace poco era fácil encontrar vestigios como mazos de piedra y monedas. Actualmente muchos pozos han quedado ocultos con la labores de la maquinaria.
Mina Las Cruces, en el término de Gerena (Sevilla). Este yacimiento permaneció oculto hasta ahora, no tiene pasado histórico, ni los romanos ni los prerromanos pudieron saber la riqueza que se escondía bajo las tierra aluviales del valle del Guadalquivir a tan solo 6 km del cauce del gran río de Andalucía. Pasa por ser una de las minas más al este de la Faja Pirítica e igualmente una de las más ricas en cobre del mundo gracias a que explota calcosina, mineral más rico en cobre que la calcopirita común en otras minas.
Me gusta ver esta zona actualmente poco comunicada como un corredor desde la edad del bronce, no únicamente por la actividad minera sino por otras circunstancias geográficas. En primer lugar porque atraídos por la riqueza mineral debía haber bandidos en el entorno y las zonas bajas estaban mas expuestas que las altas, desde las que era posible divisar mejor el entorno. Algo de esto me comentaron en la cordillera cantábrica respecto a una antigua calzada romana que discurría por la cuerda de las montañas y era un corredor natural del lobo; la explicación es simple, es más cómodo andar por la cuerda en este terreno quebrado y evitar así los barrancos; además ofrece la ventaja de ser un otero continuo para divisar enemigos. Estas mismas premisas valen al lobo ibérico que usa esta vía en sus expediciones de caza, obviamente su enemigo es el hombre, pero además puede así acechar y dirigirse en mejor posición sobre sus presas.
Debió ser vital encontrar un acceso a puerto de mar lo más corto y seguro para que pudieran salir los nobles minerales. La minería industrial moderna, con el ferrocarril, derivó el comercio al puerto de Huelva, pero no fue así en la antigüedad y seguramente la vía comercial pasaba por el Guadalquivir más cercano. Desde Minas de Río Tinto a Santiponce, en donde se encuentra la famosa Itálica romana hay 55 km y otros 5 más hasta el actual cauce del Guadalquivir navegable. Puede parecer mucho, pero la distancia hasta la actual ciudad de Huelva es de 60 km .
Resumiendo, cosas que quizás no sabías del Tinto:
Nace con "aguas limpias" llamándose Rivera del Jarrama. Junto al pueblo de la Granada del Río Tinto, pero llamándose Rivera de Jarrama y es al llegar a las minas en Nerva cuando comienza a contaminarse y llamarse Tinto.
Colón salió del Tinto. El puerto desde el que salió al descubrimiento Colón, así como el monasterio de La Rábida, están en las orillas de este río. Aún más, es discutible que las naves (grandes para la época) atracaran en un puerto, más bien tendrían como puerto natural la ría del Tinto en donde fondearían. (foto de calzadilla y
El Tinto es un Espacio Natural Protegido. La cuenca del tinto es un espacio forestal muy poco alterado y la parte cercana a su cauce está protegida.
Tenemos un bello endemismo minero. En las orillas, como en las zonas mineras húmedas podemos ver el brezo de las minas, un endemismo especializado en soportar la fuerte contaminación, su nombre es Erica andevalensis.
Cuna de las primeras civilizaciones de Europa occidental. El río Tinto está asociado a las primeras culturas conocidas, siendo así que las construcciones megalíticas (dólmenes) se suceden a lo largo de su valle.
Pasarela a Huelva (al fondo) |
No hay comentarios:
Publicar un comentario