domingo, 3 de junio de 2018

PINOS Y ARDILLA EN UN PARQUE DE HUELVA


Recientemente mientras paseaba  junto al  Parque Zafra en la ciudad de Huelva  observe como los pinos carrascos que caían con sus ramas sobre la misma acera de la avenida Julio Caro Baroja tenían algunos bolsones de procesionaria del pino. Aquello ocurrió en primavera, y al pasar un año los árboles se encontraban con tal ataque que algunos terminaron por secarse.

De los que les hablo es de una gran negligencia por parte de los responsables del ajardinamiento municipal.

Algún día les hablaré de los numerosos errores que se comenten con el arbolado en la ciudad, pero este caso es de los más evidentes.


Pongámonos en situación. La procesionaria del pino es una plaga endémica en Huelva y de toda España, que afecta a los pinos mediterráneos de zonas bajas de  forma habitual y esporádica a los pinos de montaña.  Se trata por tanto de una plaga que se encuentra en equilibrio con el medio, y que únicamente por motivos económicos o para salvar repoblaciones mal hechas requiere de tratamientos.

Pero esta plaga presenta un problema sanitario muy importante para personas y animales, por lo que es completamente incompatible con el uso público en un parque urbano.


En el caso que nos ocupa, un parque amplio muy usado por personas con perros que llevan sus mascotas a la zona en que se encuentran estos pinos, el riesgo es muy grande. Especialmente estos animales  al arrastrar el hocico por el suelo en donde aparecen las orugas o sus restos pueden entrar en contacto con los pelos urticantes y muy irritantes. En el caso de las personas es variable la incidencia según la sensibilidad, pero los alérgicos pueden resultar afectados por contacto por el aire con los diminutos pelos desprendidos y padecer de ataques incluso a decenas de metros del foco, como era el caso de los usuarios y vecinos de la avenida.


La negligencia se da no tanto con la aparición de algunas bolsa en la primavera, como en la falta de tratamiento en el otoño posterior. Si estos árboles se trataron, como muchas veces piden los vecinos tras padecer de ataques al comienzo de primavera, el resultado es inútil completamente, pues los árboles se encuentra únicamente con los restos de las orugas que ya enterradas se preparan para formar un capullo y emerger como mariposas en verano.
 
Procesionarias en el suelo previo a su enterramiento el 9 de febrero en Niebla (Huelva)
  He de decir que ya no se tratan como antiguamente los pinares contra la procesionaria, por su coste y la prohibición genérica de los tratamientos aéreos. Los productos usados son además poco nocivos para el resto de fauna. Se utilizan inhibidores de la formación de la quitina (cubierta de la oruga) y una lucha biológica con una bacteria llamada Bacillus thuringiensis.

La clave de la plaga  y sus efectos desastrosos en estos pinos es simple, se trata de una especie de pino que no es autóctona y que se ha plantado en un suelo muy malo, pues este parque que se encuentra junto al Puerto ( La Ría de Huelva) es un suelo arcilloso con altos niveles de sales. Tanto es así que en los alrededores hay muchos pinares de pino piñonero que apenas están afectados por la procesionaria y sin embargo siempre es una plaga que está ahí.


Mientras visitaba los pinos en cuestión, me encontré con unas piñas roídas que  me resultaron familiares. No soy experto pero parecía la labor de ardillas, lo cual resultaba bastante sorprendente ya que en Huelva no hay ardillas.


Si es así,  alguien las soltó y ahora viven de los pinos carrascos de este parque.

Intenté localizar a estos animales y no fui capaz de verlos, lo que no significa que no estén allí.  Existen otros candidatos como ratones o ratas, pero la forma aflecada de base de las escamas parece de ardilla; además, escamas y piñas aparecen justo bajo la copa del árbol, un ratón se llevaría estas pequeñas piñas hasta un escondite para allí alimentarse de ellas y no en el árbol.






St James’s Park es el parque real más antiguo de Londres y se encuentra junto al palacio de Buckingham. En él podemos encontrar multitud de ardillas grises (Sciurus Carolinensis), muy acostumbradas a la presencia humana, tanto que pueden resultar intimidantes hacía el que les muestra atenciones  como querer dar de comer de la mano, pues puedes tenerlas trepando por tus piernas al menor descuido.

Ardilla gris en el Pavillion Garden en la ciudad de Brighton, al sur de Inglaterra



Como muestra les pongo una foto de una autentica ardilla roja mediterránea (Sciurus vulgaris) en la Sierra Almijara, cerca de las Cuevas de Nerja en Málaga.


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