viernes, 14 de junio de 2019

EL ÁRBOL EN LA CIUDAD. (Segunda parte)



            Continuamos tratando la importancia del  árbol como elemento principal de nuestros espacios verdes urbanos. Salvo aquellos diseños muy formalistas y rígidos, en la que el árbol cumple un papel de elemento arquitectónico  o no hay árboles, el pensamiento del proyectista se imagina una zona ajardinada muy distinta de la que se presenta acabada las obras. Esta es la característica singular de una obra viva, que requiere de formación por unas manos distintas a la que la concibieron, solamente ellas pueden conducir al ambiente ideado de formas, colores y el resto del mundo sensorial que envuelve a estas creaciones.   

Frecuentemente vemos un concepto pobre en el diseño de los parques públicos, pero unas plantas mal cuidadas  desmerecen cualquier otra consideración estética. Duele ver como frecuentemente el arbolado público urbano presenta un estado tan deplorable que hiere a la sensibilidad: mutilados, moribundos, desubicados…

Por ello creo que finalmente no es tan importante el contar con buenos expertos paisajistas como disponer de cuidadosos y atentos jardineros. Que tirando por elevación, no son más que lo que pide el ciudadano, tan poco exigente según parece ser por estos lares.

            Pasemos a tratar tres asuntos: el uso de especies agresivas, las palmeras y las praderas.

Especies agresivas

            Ya está bien que el arbolado cumpla su función aunque esté abandonado, lo que no debería de ocurrir es que el arbolado nos cause molestias por su mala elección o ubicación.

Un ejemplo obvio son las plantas que causan alergia a una parte importante de la población, también aquellas que por su mala ubicación causan molestias por ser lloronas o pinchudas. De esta última tenemos a la singular Parkinsonia aculeata, arbolillo emparentado con las acacias,  llorón y de aguzadas espinas, frecuentemente mal colocados junto a zonas de paso.

Una breve lista no exhaustiva de problemáticas a este respecto son las siguientes:

Obstáculo: Algunos árboles, arbustos, palmeras y macetones ocupan la vía pública creando dificultad de tránsito, desde una tronco ocupando una calle estrecha a ramas bajas, lloronas o pinchudas. Por tanto la casuística es variada desde especies inapropiadas para una acera como la Parkinsonia o un sauce llorón; de tamaño inadecuado por que tiene ramas bajas o elementos agresivos como las hojas de una palmera datilera de pequeño tamaño; defectuosas como las que tienen un tronco muy inclinado; también los alcorques que crean un desnivel o escalón peligroso o el levantamiento de las baldosas por las raíces causando riesgos de tropiezos y caídas. Ni que decir tiene que debe de haber una especial sensibilidad por esta problemática pensando en personas discapacitadas o los carritos de bebé, sin embargo qué frecuente es ver como el ayuntamiento se preocupó de crear rampas para facilitar el acceso a la acera, mientras que deja un inaccesible bordillo exageradamente alto y elementos que impiden el tránsito por la estrecha acera. Puedo decir que en los últimos años se han subsanado algunos de los casos más exagerados que conocía.
A veces se colocan árboles de gran copa como plátanos o ficus que no pueden desarrollarse por falta de espacio y requieren de podas frecuentes para contener el crecimiento y pueden levantar las baldosas del pavimento. Resulta más apropiado usar árboles de copa pequeña como los aligustres o naranjos. Frecuentemente se ve un árbol  mutilado una y otra vez para mantenerse pequeño, cuando hubiese sido más fácil poner un árbol de menor desarrollo.





Palmeras  pequeñas en una calle peatonal. Sus hojas pinchudas son una molestia.


Parquinsonia,  detalle de las espinas.






Suciedad: La función estética desmejora si los jardines se encuentran sucios. Resulta curioso que la mayor parte de la atención de jardineros se ocupe en la eliminación de las malas hierbas mientras que no se hace lo mismo con distintos elementos que ensucian. En estos caso se usa frecuentemente el herbicida, una acción dañina ambientalmente, peligrosa para el ciudadano ( el glifosato, es cancerígeno) e inútil desde un punto de vista estético pues lo único que se consigue es el cambio de color del verde por el marrón. La primera suciedad que deberíamos evitar son los excrementos de perro, sin embargo muchos parterres parecen ser verdaderas letrinas como la siguiente calle de Almería, es particularmente desagradable porque el desnivel hace que el observador tienda a la altura de su cara los excrementos. Algunas especies pueden provocar suciedad como la diseminación de los chopos, envuelta en una especie de algodón   pegajosa y que mancha el suelo

La floración del chopo deja el pavimento cubierto por un algodón pegajoso.



Otras veces es la caída de hojas como ocurre actualmente con los plátanos de sombra afectados generalmente por la antracnosis producido por el hongo Gnomonia veneta. Resulta más evidente si bajo estos árboles hay un césped, de igual modo si el césped se encuentra a la salida de un colegio por la cantidad de envoltorios de golosinas o paquetes de chucherías  que suelen dejar los niños.




Las fotos (arriba) son de la Plaza Pilar del Pulgar entre la Biblioteca, Casa de Cultura y Colegio Hermanos Pinzón en Palos de la Frontera. Mantener este césped se ve dificultado por los pequeños
tramos y la suciedad de las hojas caídas durante todo el verano por los plátanos enfermos y la basura de los envoltorios de chucherías por el gran  tránsito de niños.
Algunas plagas de insectos chupadores como pulgones y cochinillas segregan melaza que además de alimentar a las hormigas suponen una suciedad para el pavimento y hojas, especialmente visible cuando estas se cubren hongos dándole un aspecto de hollín ( fumagina). Esto se soluciona con el tratamiento temprano de la plaga. En Huelva hay muchas jacarandas en avenidas que alegran la primavera con su floración azul, precisamente coincide con el ataque de pulgones que hacen que muchos onubenses en lugar de disfrutar del evento se quejen por estos árboles.


Los pinos y especialmente algunos como P. halepensis desprenden resina, no es la mejor idea colocarlos como árbol de sombra en aparcamientos.
Esta avenida es colindante con el campus y tiene pinos para sombra en la acera con aparcamientos. Ya me encontré este mismo caso en un aparcamiento público junto al Pabellón de los Descubrimientos en la Expo, en donde ahora está la mole de la Torre Sevilla. El problema es que son  pinos carrascos (mayormente, hay algún piñonero) y con el calor del verano suelen llorar resina. Ahora que lo saben ¿Pondrían su coche nuevo bajo ellos?
 
Excrementos de perro  en una calle de Almería. La altura del ajardinamiento lo hace especialmente desagradable.

Problemas para la salud:
Alergia:Deberíamos evitar el uso en las calles de especies que causan alergias a buena parte de la población como el plátano de sombra (Platanus x hispanica), el olivo (Olea europaea) y el ciprés arizónica (Cupressus arizonica).
Un caso particular es el de la procesionaria del pino. Salvar este evento muy peligroso para niños sensibles y perros, es sencillo si se previene con tratamientos al árbol en otoño, cuando ya han eclosionado las orugas pero no son molestas ni visibles. Incluso se pueden hacer inyecciones en el tronco con el insecticida. Sin embargo, lo más frecuente es que no se muestra atención al problema hasta que las orugas comienzan a caminar en procesión, entonces suele ser tarde e inútil el tratamiento pues tras bajar del árbol se entierran para pupar.


Foto pinos en Huelva. Estos pinos carrascos tuvieron un ataque el año anterior a este, entonces fue de baja intensidad. No se trató o si se hizo no fue adecuado -por tardio-, de tal forma que al año siguiente el ataque fue tan fuerte que acabó con algunos árboles. Lo peor no es la pérdida de estos pinos sino que se expuso a muchos ciudadanos y sus mascotas a un problema sanitario serio, incluso para aquellos que no fueron a visitar este parque, y simplemente pasean por la Avenida Julio Caro Baroja a donde sombreaban algunos de estos árboles.

Sin llegar a ser peligrosa, los frutos de la Lagunaria patersonii tienen vellos irritantes por lo que es llamada "pica-pica"


Venenosas.  Podría haber pasado esto por alto pues es posible que en este caso exageremos como en este artículo de un diario de Málaga,

Estamos rodeados de plantas tóxicas y algunas muy venenosas, pero están por doquier en nuestros campos como la higuera o el durillo (Viburnum tinus)  y estas pueden estar en jardines frecuentemente como la adelfa en el sur o el acebo y el tejo en el norte, también hay plantas como el beleño (Hyoscyanus albus) o el pepinillo del diablo (Ecballium elaterium) que crecen en cualquier sitio abandonado de zonas rurales, incluidas calles. Otras se encuentran igualmente en parques  como la hiedra o el ricino, esta última una de las plantas más venenosas que existen. Pueden darse casos de intoxicaciones de niños o mascotas, pero si no fuesen anecdóticas todos sabríamos de ello, por lo que entiendo que no es para preocuparse. Además, dejamos más expuestos a nuestros hijos y mascotas a plantas de interior, en general muy tóxicas, como cintas, pelistras o directamente venenosas como la bonita Dieffenbachia.


Accidentes. Lo ya comentado para los grandes árboles como ficus, o los mismo plátanos de sombra, el riesgo de pudrición de ramas o tronco con roturas o caídas por el gran porte. En todo caso un árbol problemático es aquel mal podado que generará en el futuro  peligrosos  puntos de rotura de ramas.


No tiene sentido un ficus o ombú (Phytolacca dioica) en donde no haya espacio suficiente para retener el gran desarrollo de las raíces. 


 El álamo y el chopo se usa muchas veces por ser árboles baratos y de rápido crecimiento. En este caso vemos una plantación de álamos blancos levantando la acera. Este problema se encuentra en toda la avenida, no solo daña al árbol y al mobiliario público, resulta un riesgo de tropiezo y posterior caída para el peatón.

Estas especies de ventajoso crecimiento rápido son una mala inversión a largo plazo por su vida corta. Sería mejor poner especies longevas que ganan con el tiempo en belleza y que sean resistentes a las plagas y tengan poco mantenimiento.



Palmeras y más palmeras. Hace un par de décadas hubo un gran moda con las palmeras, y los ayuntamientos pusieron en avenidas gran cantidad de estas plantas. El sur es un territorio adecuado para estas plantas, que sin embargo siguen desaprovechando su variedad, pues generalmente se usan las tradicionales.  En algunas ocasiones no se tuvo en cuenta el mantenimiento, de tal forma que se hicieron cargo los jardineros sin formación al respecto, desgraciando a muchas. (fotos) . Las palmeras son plantas que requieren escaso mantenimiento, ideales en zonas muy expuestas a vientos salinos que no requieren de ampliación del alcorque ni levantan el pavimento. Pero requieren de  personal formado para su correcta poda, con herramientas especiales y, en algunos casos encarece mucho  su mantenimiento por la altura de la poda ( uso de grúa).  La burbuja de las palmeras se pinchó con el picudo rojo, una plaga que atacó especialmente a la palmera canaria (Phoenix canariensis) acabando con algunas plantaciones lineales de esta palmera autóctona española, una de las mas bellas.
Los errores más comunes que me he encontrado con las palmeras  son los siguientes:
Estipes (tronco) feos. Durante la fiebre palmeril se trajeron palmeras del norte de áfrica a precio bajo, en realidad no eran una ganga, eran un desastre. Estas palmera habían permanecido semienterradas por dunas, con lo que tenían desarrollo de raíces a varios metros por encima de su base, que en lugar de estar bien definida aparecía como un engrosamiento formado por las raíces. Esta monstruosidad no se arregla como puede ocurrir con un defecto en el tronco en un árbol joven, como tampoco los defectos de poda tan corrientes en palmeras de este tipo, produciendo grotescos estrechamientos en el fuste o estipe.


Palmeras aduana Málaga. Un uso acertado de Washingtonia robusta, con sus finos y largos estipes, no ocultan la bella fachada y  dan una aire tropical al monumento. Enfrente, el Parque de la Alameda contiene una de las colecciones más ricas en especies de palmeras de Europa fuera de los jardines botánicos.

Algunas veces se colocan palmeras  de alto fuste (washingtonia típicamente) en lugares en los que no pueden apreciarse por faltar la perspectiva.

Otras veces se colocan pequeñas palmeras que entorpecen al viandante, incluso en maceteros, e incluso la datilera con espinas largas y fuertes muy peligrosas.


Defectos en palmeras datileras por mala calidad de la planta (enterrada en origen) y mala poda.


Césped y praderas. Junto con la fiebre de la palmera llegó la del césped.  El abuso de estos herbazales no se justifica en un clima tan seco como el del sur, pero más allá del consumo de agua mantener un césped no es tan sencillo.  Por eso da pena ver muchos malos céspedes, porque no pueden ser bien mantenidos dada la dificultad para el recorte como los ubicados en borduras, formas redondeadas etc.,  que obligan a cortarlo a mano ( con motodesbrozadora); igualmente por la necesaria atención continuada de abonado y tratamientos, por no decir de preservar, pues todo esfuerzo para mantenerlo como el green de un campo de golf se puede ir al traste cuando la gente los pisa para recortar o los canes lo usan como letrina.
 
La forma de duna de este césped dificulta su mantenimiento. Paseo de la Ría en Huelva.
También el relieve, pues a veces se siembra la pradera en taludes con fuerte pendiente y la colocación de árboles o arbustos ha de hacerse con cuidado para que no dificulte el segado, y evitando aquellos que producen mucha suciedad. Por ejemplo los plátanos de sombra no dejan de tirar hoja durante el verano.

Praderas. La alternativa al césped es la pradera, entendiendo que mientras el césped no se puede pisar y  puede ser de reducida dimensiones, la pradera se mantiene para su uso en grandes superficies con un mantenimiento más extensivo. El arbolado puede dificultar mucho la siega de estas praderas, sin embargo resulta adecuado el formar islas con arbolado y setos de arbustos que requieren de escaso mantenimiento y no tienen cepedes pues quedan cubiertas por estos leñosos.

Pradera en el Parador de Mazagón.

La  rocalla crea un ambiente más natural en la pradera y sirve para colocar elementos vegetales leñosos.

Si mantener céspedes bastos, manchados de excrementos y  quemados por la orina de los perros resulta un horror, lo es más si el mantenimiento es muy complicado debido a su forma recortada o con gran inclinación. Tampoco resulta adecuado mantener praderas si no son los suficiente grandes para un matenimiento mecanizado (segadora) sin necesidad de tener que repasar con motodesbrozadora los recovecos formado por lugares inaccesibles a la máquina

En el sur suele usarse la grama, como alternativa entre césped y pradera que no da la talla para el primer uso y no debe utilizarse para el segundo, ya que no es encespedante, es una planta rastrera peligrosa para actividades deportivas por el riesgo de enganchones con el calzado. Por ello se puso de moda el kikuyu, que es una planta bastante rustica que se siembra y puede mantenerse con facilidad.





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